Como empresarios y profesionales, avanzamos por territorio inexplorado. Nadie ha vivido nuestras vidas en la época actual antes; debemos descubrir nuestros propia forma de hacer las cosas. Sólo nosotros podemos hacerlo y nadie más puede hacerlo por nosotros.
Me encantan nuestras reuniones sobre libros. Hablamos sobre el contenido, pero lo más importante es que busco aplicar el conocimiento a nuestras propias vidas o incluso a nuestra empresa.
Desarrollar una rutina es una práctica interminable. Sigue iterando; con el tiempo, se volverá fuerte y resistente y será la base de todo tu éxito.
Las ideas son importantes para el crecimiento, pero para mí la implementación es aún más importante, aunque muchas veces es lo más difícil de un proyecto.
A veces, posponemos el tiempo para invertir en nuestros equipos y en la estructura de la compañía. Entiendo la necesidad de postergarlo, ya que tenemos tanto qué hacer que nos resistimos a añadir una cosa más, y crear estas estructuras requiere tiempo y esfuerzo. Pero el proyecto valdrá la pena, principalmente porque obtendrás tranquilidad, pero también porque habrás creado una compañía en constante evolución que produce resultados excelentes y consistentes y que crece y logra su potencial.
Con el tiempo, las personas a las que les enseñes mejorarán. A medida que ellas mejoran, tú mejorarás, pues, “cuando sube la marea, todos los barcos flotan”. Aquellas personas a las que les enseñes te enseñarán a ti más de lo que tú a ellas, y tendrás satisfacción ya que habrás hecho que este mundo maravilloso sea un poco mejor.
La única forma en que obtendrás la capacidad de hacer más es crear sistemas que funcionen con una mínima intervención de tu parte; esto es aplicable a tu trabajo, tu vida personal y prácticamente en cualquier otro lugar. Si tu sistema no funciona, tu crecimiento finalmente tendrá límites.
Estamos aquí para aprender. A veces no queremos desviarnos porque esto nos saca de nuestra zona de confort, y de todos modos tenemos tanto que hacer que ¿quién tiene tiempo? Pero hazlo de todos modos. No te arrepentirás.
Caemos fácilmente en los hábitos por una buena razón. Los hábitos y las rutinas nos hacen personas mucho más efectivas. Las acciones que hacemos se vuelven automáticas y pasamos menos tiempo decidiendo si queremos hacerlas. Sin embargo, estas rutinas pueden volverse restrictivas y, a veces, llega el momento de cambiarlas o permitir una mayor flexibilidad.
Mi agenda está más llena estos días, lo que me hace sentir que me estoy quedando atrás. Empiezo a sentir que, por mucho que lo intente, algunas cosas no cambian.