Llevamos más de dos meses buscando un candidato para ocupar un puesto clave en la empresa. Hemos buscado por todos lados y nada. Mejoré la descripción del puesto, establecimos objetivos e incluso ayudé a entrevistar a los candidatos. Pero no hemos encontrado a la persona ideal para el trabajo.
Finalmente me di cuenta de que tal vez el problema no era la persona, sino yo y cómo posicionaba el puesto: estaba pidiendo demasiado a una persona nueva que no conocía nuestra cultura ni cómo trabajamos. A partir de ahí decidí adaptarme al puesto. Ayer cambié algunas responsabilidades internas y hoy siento que vamos por un mejor camino.
Como profesionales, nos toca adaptarnos rápidamente a circunstancias cambiantes. No solo debemos estar abiertos a ese cambio a nivel personal, sino también como organización. Hablé con los gerentes de mi empresa y todos se ofrecieron a asumir los puestos recién asignados. Fueron abiertos y solidarios. Todo fue muy fácil una vez que decidí modificar la estructura de la empresa.
Pero todo empezó conmigo: necesitaba poder ver que mi solución inicial no era la mejor.
Ese es nuestro papel: prueba y error, y apertura al cambio. Las cosas cambian, nosotros cambiamos y nuestras empresas cambian. Debemos adaptarnos constantemente.
Aprende a dejarlo ir
En primer lugar, es necesario dejar de lado el apego a cualquier forma de hacer las cosas. Hay muchos caminos que podemos tomar para llegar a nuestro destino. Algunos son obvios y otros no. A menudo, los caminos que están ocultos a la vista son los más cortos y fáciles. Presta atención para hallar mejores formas de hacer las cosas.
En el momento en que veas un camino más fácil, no olvides que está bien dejar de lado el trabajo anterior (también conocido como “costo hundido” en economía) y comenzar de nuevo. La idea que tenías antes no funcionaba y, de todos modos, iba a ser más difícil. Déjate llevar y toma un camino nuevo. Probablemente será mejor. Puede que todavía me resulte difícil encontrar a la persona adecuada para este nuevo puesto, pero descubrí muchas cosas al cambiar de responsabilidades: establecí al menos dos áreas de trabajo en lugares donde tienen más sentido y serán más estables a largo plazo. Y obtuve un beneficio al hacerlo.
Finalmente, no tengas miedo de volver a cambiar. Como empresarios y profesionales, avanzamos por territorio inexplorado. Nadie ha vivido nuestras vidas en la época actual antes; debemos descubrir nuestros propia forma de hacer las cosas. Sólo nosotros podemos hacerlo y nadie más puede hacerlo por nosotros.
Entonces, sigue probando y buscando. Cuanto más flexible seas, más podrás ver y mejorar.