Para alcanzar el éxito, necesitas organizarte
La organización es lo que garantiza que progreses en y completes los proyectos que te has propuesto, y esto se vuelve sorprendentemente fácil cuando tienes el horario adecuado para ti.
La organización es lo que garantiza que progreses en y completes los proyectos que te has propuesto, y esto se vuelve sorprendentemente fácil cuando tienes el horario adecuado para ti.
No tenemos tiempo ilimitado para nuestros proyectos, por lo que tomarse el tiempo para reagruparnos y aprender antes de emprender una nueva fase o proyecto es invaluable. Inevitablemente, habrás aprendido mucho a lo largo del camino, así que tómate el tiempo para reevaluar. Tu próximo proyecto será mucho más exitoso gracias a esas lecciones.
Si estamos creciendo como líderes empresariales, es una garantía que cometeremos errores. Si supiéramos todo sobre lo que estamos haciendo y pudiéramos hacerlo perfectamente, no creceríamos.
Aunque alcanzar nuestras metas puede ser muy satisfactorio, la mejor recompensa es poder disfrutar nuestros proyectos. Así será más probable que trabajemos en ellos, y el tiempo que les dediquemos será más divertido.
A veces, por mucho que nos gustaría que fuera cierto lo contrario, los proyectos, las nuevas iniciativas y las ideas toman tiempo.
Prueba la matriz Eisenhower para organizar tu lista de pendientes, y empezarás a trabajar en tus prioridades. Sentirás que ganas terreno en lo que es más importante para ti.
Implementar ideas nuevas no siempre es sencillo. A veces llegamos con las mejores intenciones a una compañía y queremos introducir muchas innovaciones, pero frecuentemente nos encontramos con patrones que son difíciles de alterar. Incluso en empresas que hemos manejado por años, puede que nos topemos con resistencia cuando tratamos de instituir prácticas nuevas.
Sea que desees implementar un sistema nuevo de administración de procesos o el uso de objetivos y resultados clave en tu compañía, es posible que te encuentres con fricción. Esto es normal, especialmente cuando se trata de una mejora en vez de una solución a un problema existente. Tener que aprender a usar una nueva herramienta o sistema informático requiere de tiempo adicional además de lo que ya hacemos a diario.
Como gerentes, mucho de nuestro trabajo diario gravita alrededor de resolver problemas; pasamos de un asunto a otro y trabajamos para solucionarlos todos. Nos toca aprobar transacciones o discutir con otros sobre cómo proceder con temas que estamos enfrentando. Este tipo de trabajo requiere ser capaces de resolver una tarea a la vez y reaccionar con rapidez.
Pero hay otros momentos en los que requerimos hacer un tipo de trabajo más intenso. A veces tenemos que profundizar e investigar sobre un tema nuevo. O puede ser que nos toque pensar sobre un problema al que no le vemos solución o empezar y avanzar en un proyecto desafiante que requiere de toda nuestra concentración. Aquí se necesita un tipo de desempeño diferente, uno en el que tomamos el tiempo para sumergirnos en un asunto y pensarlo a fondo.
La vida está llena de incertidumbre. Y cuando estamos empezando algo nuevo, ya sea un nuevo proyecto o negocio, o nos enfrentamos a un problema de salud nuevo o actual, cualquier sendero desconocido puede causar mucho miedo. Frecuentemente no tenemos idea de todo lo que implicará esta nueva situación, y muchas veces no sabemos por dónde empezar.
A veces paramos incluso antes de empezar; el miedo puede evitar que tomemos cualquier clase de acción. Tal vez no lo sepamos de manera consciente porque justificamos nuestra falta de acción de diferentes maneras. Mi razón favorita para no hacer algo que quiero o debo hacer es que no tengo suficiente tiempo.
Las metas son un tema muy popular. Existen muchos consejos sobre cómo ponernos objetivos y después sobre cómo alcanzarlos. Sin embargo, se habla menos de lo que pasa cuando ya hemos llegado a nuestro destino. Tal vez se deba a que el alcanzar nuestras metas no está garantizado. A pesar de esto, con tiempo y con suficiente esfuerzo y conocimiento llegarás al punto del éxito.
Cuando finalmente alcances un objetivo a largo plazo, la satisfacción será muy grande. Sin embargo, puede ser que llegar a tu meta no sea lo que te imaginaste. Es posible que no sientas lo que pensaste que ibas a sentir. Además, siempre surgirá la pregunta de qué hacer a continuación. ¿Llenarás el hueco con otro proyecto? Tendrás que considerar seguir con una fase nueva de ese proyecto o, si ya se ha completado, empezar otro.