Cuando se aproxima el fin de año, siempre es un ejercicio útil el apartar tiempo para examinar el año que termina y todos sus eventos. Reflexionar sobre lo que pasó durante el año, lo que lograste y lo que pudo haber sido mejor te ayudará a cerrar el año y te dará un espacio para un valioso aprendizaje. También es buena idea tomar tiempo para revisar el pasado antes de pensar en el año que tenemos por delante.
Cuando hayas cerrado el capítulo del año anterior, podrás avanzar hacia el futuro. Será borrón y cuenta nueva y podrás crear lo que deseas el año siguiente. Todo se vale: es tu futuro. No te preocupes si las metas parecen muy elevadas; con buena planeación y ejecución, todo es posible.
Estudia el año que termina
Programa un tiempo en tu calendario para sentarte en un lugar tranquilo y reflexionar sobre el año anterior.
¿Qué pasó durante el año?
Toma un momento para hacer inventario del año. Reflexiona y haz una lista de todo lo que sucedió en los pasados 12 meses. Incluye logros, así como eventos que no fueron necesariamente positivos, pero que te cambiaron. A veces tan solo nos enfocamos en logros y fracasos, pero también es importante reconocer las circunstancias que estuvieron fuera de nuestro control. Todos estos eventos tuvieron un impacto en ti, y puede que descubras patrones y conexiones subyacentes tan solo con escribirlos.
¿Qué aprendiste de estos eventos?
Toma un momento para revisar lo que funcionó y lo que no funcionó. Además, reconoce tu crecimiento y cómo manejaste los eventos el año pasado en comparación con años anteriores.
¿Qué te gustaría dejar atrás?
¿Hay patrones, relaciones o actividades que han dejado de ser útiles? La transición del año pasado al año nuevo es un excelente momento para dejar ir cosas que tal vez fueron buenas para ti en el pasado pero que ya no son relevantes.
¿Qué puedes apreciar del año pasado?
Siempre es buena idea ser agradecido. Incluso si el año pasado es uno que te gustaría olvidar, siempre hay algo por lo que puedes estar agradecido.
Date suficiente tiempo para revisar y analizar. Después, cierra el año oficialmente. Cuando estés listo, será momento de pasar a crear metas para el año siguiente.
Establece tus metas
El siguiente paso es visualizar el futuro y establecer metas para el año siguiente.
¿Cómo te ves a ti mismo para el final del año?
Mira hacia el final de este nuevo año. ¿En dónde quieres estar? ¿Qué es lo que has logrado? El futuro tal vez no solo tenga logros, como comprar una casa u obtener un ascenso; el futuro que visualices también puede contener nuevas características de tu personalidad, como ser más amable, o hasta cambios en tu estilo de vida, como el pasar más tiempo en actividades recreativas con tus hijos.
Separa tus metas en categorías: personal, trabajo, salud y comunidad. Tal vez descubras que estás poniendo muchas metas en una categoría mientras descuidas otra. Las categorías te ayudarán a crear un futuro más equilibrado.
Al establecer tus metas, asegúrate de que sean medibles y alcanzables. Incluso si lo que te propones es ser más amable o espontáneo, ¿cómo se vería el resultado? La meta pudiera ser hacer un pequeño acto de amabilidad al día, incluso si este pasa desapercibido.
Haz un plan
Ahora, puedes planear tu año para asegurarte de alcanzar tus metas. Piensa desde el resultado final hacia atrás y descubre qué acciones necesitas tomar para llegar hasta ese punto. Si es necesario, divide el año en trimestres y meses, y define qué hitos deben alcanzarse en diferentes puntos del año. Las fechas límites te hacen ser más responsable y harán que sea más probable que logres tus metas.
Un componente clave es asegurarte de que estos hitos o acciones estén presentes en tu agenda o planificador diario. Encuentra el mejor método para ti. Una táctica que me ha funcionado es ponerme recordatorios a lo largo del año que me recuerdan revisar mis metas y ver cómo me va. También tengo recordatorios para las diferentes acciones que establecí para mí misma, lo que me ayuda a seguir trabajando en mis metas durante el año.
Prueba con una meta imposible
Ponte una meta imposible: haz algo que nunca has hecho antes. Las metas imposibles te animan a esforzarte por algo nuevo que de otra manera no sucedería. Si no aprovechas la oportunidad, el tiempo se te escapará y tal vez nunca llegues a intentarlo. Mi blog sobre metas imposibles tiene más información sobre cómo ponerse y alcanzar metas imposibles: Una meta imposible este año te ayudará a alcanzar resultados asombrosos.
Me he estado poniendo y completando metas imposibles desde el 2016:
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2016: Leer 50 libros en un año.
o Combiné libros contemporáneos con algunos de los clásicos, y he seguido leyendo 50 libros o más cada año. Si no me hubiera puesto la meta de leer 50 libros, nunca habría podido cambiar mis hábitos.
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2017: Empezar este blog.
o Tuve algunas dificultades al empezar, pero con la ayuda de mis compañeras en mi grupo de colegas, lo empecé en septiembre del 2017.
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2018: Escribir un libro para niños.
o Escribí tres historias distintas hasta que estuve satisfecha con una. En los últimos meses del año, contraté a un ilustrador y el libro ya está terminado. Alicia y Bunnie pintan un mural se publicará a principios de 2019 en inglés y español.
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2019: Escribir un libro de no ficción, que publicaré en 2020.
o Deséame suerte.
Cada año, mi meta imposible me ha abierto un nuevo mundo. La exploración durante la travesía fue hasta casi mejor que alcanzar cada una de estas metas. Por ejemplo, el libro para niños es algo que nunca pensé que podría hacer. Sin embargo, al hacerlo descubrí la alegría que se obtiene al darle vida a un personaje y compartirlo con las personas que me rodean.
¡Feliz Año Nuevo! Te deseo un año lleno de aventuras, descubrimientos y crecimiento.