Construir una organización es como esculpir una pieza de mármol: le das forma a un grupo de personas que se unirán para lograr un conjunto de objetivos y crear algo que no ha existido antes. Crear tu organización requiere tiempo, esfuerzo y pensamiento cuidadoso. No es algo que puedas lograr simplemente contratando y juntando personas al azar. No es tan fácil como eso.
Debes elegir cuidadosamente qué tipo de talento requiere la organización y luego juntarlo estratégicamente. Veo esto más como un arte que como una ciencia: cada persona es diferente y cada organización tiene necesidades distintas y únicas. Por ejemplo, puedes encontrar a alguien que parece ser excelente, pero resulta que las habilidades de esa persona son mejores para otro tipo de entorno.
Asimismo, también es posible que te sientas frustrado o frustrada si no está logrando tus objetivos en un área determinada. A medida que investigas y profundizas en el problema, es posible que descubras que no tienes el tipo adecuado de talento en el área y debes contratar a otra persona.
Mientras sigas tratando de resolver tu acertijo particular, con suficiente persistencia, tu organización puede mejorar cada día.
Determina las necesidades de forma continua
Esculpir se trata de identificar tus necesidades y encontrar soluciones para ellas. Cuando encuentras algo que no está funcionando, intenta solucionarlo mediante un cambio, que puede incluir modificar un proceso o las responsabilidades que tiene alguien o contratar a alguien nuevo.
Debido a que las cosas no permanecen igual con el tiempo, debemos estar constantemente atentos a las demandas cambiantes. A medida que la compañía evoluciona y crece, es posible que descubras una necesidad que nunca antes tuviste, que es algo que nos está sucediendo en nuestra compañía ahora. Actualmente estamos buscando analistas financieros porque necesitamos poder administrar mejor nuestros modelos financieros. Anteriormente lo manejábamos con nuestro equipo de contabilidad, pero ahora necesitamos algo más y lo estamos buscando.
La contratación
Cuando no tienes los recursos internos para seguir creciendo, debes buscarlos afuera y contratar. Afortunadamente, siempre hay candidatos muy calificados que buscan nuevos puestos (aunque a veces los mercados laborales son más ajustados), y tu compañía puede beneficiarse de sus conocimientos. Sin embargo, la simple contratación no es la respuesta. Primero, debes asegurarte de que la nueva persona encaje en la cultura de la compañía. A menudo, una persona puede ser un gran profesional, pero no coincide con tus valores y principios.
Además, formar un equipo es como construir un rompecabezas. Debes asegurarte de tener las competencias individuales adecuadas para crear un todo que funcione en conjunto, ya que no encontrarás todo en una sola persona.
Si tu compañía está creciendo rápidamente, es posible que tengas la tentación de contratar a demasiadas personas para tratar de resolver el problema, pero te recomiendo hacerlo lo más lentamente posible para que la organización y el resto de tus equipos tengan tiempo de adaptarse.
Mira si funcionó
Una vez que hayas intentado algo, como una nueva contratación o una nueva asignación de responsabilidades, da un paso atrás y observa cómo funcionó. Esculpir requiere un seguimiento constante: pregunta a los demás qué piensan y obsérvate a ti mismo. Si algo funciona, intenta averiguar qué hiciste bien. Y si algo no funcionó, aprende de eso también. Cuanto más rápida sea la retroalimentación y cuanto más aprendas de ella, mejor podrás esculpir la organización con la que siempre soñaste.
