Uno de mis mayores aliados en el trabajo ha sido la música. Como compañera constante, la música siempre ha estado allí para mí y ha contribuido significativamente al trabajo que hago.
Siempre que necesito concentrarme, me pongo mis audífonos y escucho mi lista de música favorita. Esto inmediatamente me ayuda a concentrarme en lo que estoy haciendo. En otras ocasiones, me encuentro con algunas cosas en las que no deseo trabajar debido a que son tediosas o complicadas, y preferiría ponerlas a un lado y hacer otra cosa. Lucho contra ese deseo de postergar al ponerme mis audífonos y la música me da la energía que necesito para trabajar en esas tareas desafiantes.
Más importante aún, la música hace que mi día sea más agradable. En muchas ocasiones me he tomado un breve descanso del proyecto que tengo para disfrutar una pieza musical en particular que se está reproduciendo. He descubierto que el tiempo y el trabajo son más fluidos con música. Ahora es muy sencillo escuchar casi cualquier cosa, y la música puede ser un instrumento adicional en tu caja de herramientas de trabajo.
Por qué me encanta escuchar música en el trabajo
Sin falta, siempre que necesito concentrarme mi mente decide que es el mejor momento para volverme activa en otra cosa y se roba mi proceso de productividad. Por mi mente pasan un millón de cosas “urgentes” que debo revisar, como lo más nuevo en Instagram o las noticias. En estas ocasiones me distraigo, y he descubierto que la música me ayuda a concentrarme en la tarea que debo completar.
Muchas veces hay tareas que postergo simplemente porque requieren de una gran cantidad de esfuerzo. Sin embargo, esos proyectos deben completarse y, usualmente, de inmediato. Selecciono música animada y esto me da la energía y motivación que me hace falta. En ocasiones, sigue siendo difícil concentrarme, pero la música me ayuda a sobrepasar la inercia y empezar a trabajar.
La música también hace que disfrute más mi trabajo. El tiempo pasa más rápido y suelo sentir que estoy logrando mucho más, así que se ha vuelto parte de mi rutina. Existen tareas específicas que realizo de manera semanal o mensual que, para mí, están intrínsicamente relacionadas con la música. Se ha vuelto parte de mi fórmula y me siento motivada cuando me toca hacer esa tarea.
Cómo combino la música con el trabajo
La aplicación que utilizo para escuchar música es Spotify, y esta ha transformado completamente mi ética laboral. Ya no tengo que preocuparme por preparar mis listas y la plataforma me permite escuchar cualquier cosa que pueda imaginarme. Exploro tipos de música que me podrían gustar y que no he escuchado antes. Pero lo más importante es que descubro música que me ayuda a hacer mi trabajo.
Escucho diferentes tipos de música dependiendo de mi estado de ánimo o lo que debo hacer. Algunos ejemplos son:
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Trabajar en mi blog: Cuando estoy subiendo publicaciones a mi sitio y asegurándome de que el texto y el diseño sean perfectos, escucho música clásica. Me he dado cuenta de que no me distraigo si la música es solamente instrumental y además me inspira.
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Escribir: Siempre escribo temprano por la mañana. Es en este momento cuando me puedo concentrar más y escuchar hermosas melodías en piano hace que mi escritura sea más fluida. Estas piezas tampoco tienen letra, lo que puede distraerme al escribir. Aunque he aprendido a mejorar sin la música, desde que añadí el piano a mis mañanas mi proceso de redacción es mucho más sencillo.
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Tareas difíciles: Cuando me falta motivación para hacer una tarea, necesito percusión para empezar la marcha. Busco cualquier cosa que tenga un ritmo animado; pop, música latina, o cualquier cosa que me ayude a pasar los obstáculos. La música que me ayuda siempre tiene letra, y en este caso no me distrae. Usualmente, cuando ya estoy involucrada en el trabajo, cambio a algo que me ayude a mantener esa nueva concentración.
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Tareas regulares: Cuando trabajo en mi lista de pendientes, escucho música que disfruto, lo que cambia con mi estado de ánimo. Esta combinación me ayuda a encargarme de mi lista de pendientes más rápido y con mayor satisfacción.
Mediante prueba y error, he aprendido qué funciona mejor para mí. Por ejemplo, intenté con una lista de reproducción instrumental y después con música ambiental para escribir, y ninguna funcionó. Eventualmente me quedé con la lista de reproducción de piano, que hasta el momento ha funcionado de maravilla.
La música puede ser un amigo asombroso cuando el trabajo es complicado o simplemente aburrido. También puede añadir un nivel de diversión a las tareas monótonas. Te recomiendo incluirla en tu caja de herramientas para el trabajo.