El año pasado, mientras investigaba material para mi libro, leí por primera vez sobre diseñar organizaciones resilientes. Empecé a experimentar con ese concepto, con la idea de que sería bueno para mi compañía, Celaque, el ser capaz de resistir eventos adversos. Aunque nunca me imaginé que nos enfrentaríamos a una pandemia mundial el año siguiente, esto ha resaltado la importancia de pensar sobre la resiliencia al trabajar en nuestras compañías.
Brian Walker, autor de Resilience Thinking: Sustaining Ecosystems and People in a Changing World (biblioteca pública) define así la resiliencia:
La capacidad de un sistema de absorber los disturbios y mantener su estructura y funcionamiento básico.
Beneficios
Las compañías resilientes serán capaces de responder a los cambios sin perder la capacidad de funcionar. Todas las compañías tienen altibajos; puede que un miembro vital del equipo se vaya o reciba permiso por maternidad, o tal vez un área de tu negocio esté creciendo a un ritmo acelerado y no tengas suficientes personas entrenadas para lidiar con el impulso. Y claro, también existe la posibilidad de una crisis severa, como una pandemia mundial.
Las compañías resilientes pueden reorganizarse con rapidez de manera que las metas y objetivos no se vean interrumpidos. Esto puede ser que no sea fácil, pero la compañía podrá seguir funcionando.
Una compañía resiliente también puede evolucionar con los cambios para que con el tiempo crezca y se adapte mientras el mundo que habita cambia. Por tanto, la compañía puede aprender que es mejor crear nuevos puestos o equipos o que necesita hacer cambios en su ubicación física. Los equipos resilientes se autoorganizan para mejorar su forma de responderle al mundo.
Cómo ser resiliente
Ahora más que nunca es vital apartar tiempo para asegurarnos de que nuestras compañías puedan continuar a futuro e incluso prosperar con los cambios. Estas son algunas formas de aumentar la resiliencia dentro de tu compañía:
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Ten redundancia siempre que sea posible y nutre tus redes: Esto incluye a tus proveedores, personas entrenadas para un puesto específico, cómo fluye tu trabajo, etc. Aumentar la redundancia reducirá la eficacia de una compañía, por eso las organizaciones suelen evitarla. Pero si nutres la resiliencia, tu compañía podrá evolucionar de manera que, si alguien necesita ausentarse, alguien más puede tomar su lugar. También tendrás más de un proveedor en caso de que uno de ellos no pueda trabajar contigo temporalmente. Con redundancia, siempre tendrás opciones de respaldo que te mantendrán funcionando.
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Comunicación abierta: Asegúrate de que todos tengan las herramientas y la información para hacer el trabajo. En mi experiencia, si tomas la decisión de mantener una comunicación abierta, te asegurarás de que todos puedan tomar las mismas decisiones de calidad, y no solo el líder de la compañía. Con suficiente información, las personas podrán actuar con rapidez cuando los datos les muestren que tienen que hacer un cambio, y podrán tomar mejores decisiones.
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Documenta los procesos y políticas de tu negocio: Si tus procesos están documentados de manera que un profesional entrenado los entienda, las personas nuevas podrán tomar esos puestos con facilidad y ocuparse de estos igual que todos los demás. Igualmente, documenta tus políticas y la forma en que la compañía trabaja para que tengas una base ya asentada cada vez que te enfrentes a un problema. Tendrás estándares establecidos sobre cómo funcionas, lo que podrá ser usado con sencillez por cualquier profesional en tu equipo.
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Autonomía: Cuando las personas que operan la empresa todos los días tienen la autonomía para responder a los cambios, la información no tendrá que viajar hacia un grupo centralizado de toma de decisiones, lo que inevitablemente tomará más tiempo. Si la compañía puede moverse con rapidez y reorganizarse con facilidad para responder a lo que está pasando allá afuera, podrá adaptarse y seguir funcionando en el interior.
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Experimentación: Una compañía aumentará su resiliencia al fomentar la innovación. No siempre tenemos las respuestas y, a veces, la única forma de hallarlas es mediante prueba y error. Conforme una forma de pensar innovadora se vuelve parte de la cultura y las personas hallan nuevas formas de resolver problemas y mejorar los productos y el funcionamiento de la compañía, será más capaz de evolucionar y adaptarse a los impactos.
Los cambios que experimentamos en una compañía son una oportunidad de cuestionar qué tan resiliente es y cómo podemos mejorar la forma en que la administramos. Aprovechemos estos cambios para diseñar y crear organizaciones más duraderas.
Walker, Brian. Resilience Thinking: Sustaining Ecosystems and People in a Changing World. Island Press, 22 de agosto de 2006. E-book.