En busca de equilibrio entre el trabajo y los hijos durante la pandemia: nuestra historia

Ser madres y padres durante esta pandemia ha sido muy desafiante. En muchos casos, hemos perdido nuestros principales pilares de apoyo infantil, como las escuelas, actividades extracurriculares y guarderías. Hemos tenido que adaptarnos para encontrar maneras de seguir trabajando a la vez que manejamos nuestras otras responsabilidades. Debido a que no estábamos preparados, tuvimos que hacer ajustes de la noche a la mañana para una nueva y difícil realidad.

Dejarlo todo durante las primeras diez semanas para darles educación en casa a mis tres hijas fue el mayor desafío al que me he enfrentado como mamá trabajadora durante la pandemia. Yo nunca he sido maestra, y mis hijas no estaban acostumbradas a tener esa clase de relación conmigo. Así que tuve que cambiar y aprender. Los domingos por la noche me preparaba para la semana siguiente. Desarrollé una rutina para cada mañana: ponía música clásica y empezábamos nuestra versión de ballet por todo el estudio antes de empezar las clases del día. No todos los días fueron perfectos, pero de alguna forma salimos adelante divirtiéndonos.

Me preocupaba no estar haciendo un buen trabajo o no enseñarles suficiente. Por ejemplo, mi segunda hija estaba por terminar preescolar, así que debíamos asegurarnos de que su nivel de lectura fuera el adecuado en preparación para el primer grado. Al final, esas semanas de educación en casa nos enseñaron a mi esposo y a mí cómo apoyar a nuestras hijas con su aprendizaje.

Esas diez semanas antes de las vacaciones de verano también coincidieron con la adaptación de nuestra compañía, Celaque, al trabajo remoto. Como equipo, todas y todos nos enfrentamos a desafíos en nuestras familias y trabajo. Todos tuvieron que cambiar de ritmo y tuvimos que reorganizar toda la compañía para asegurarnos de seguir avanzando.

Más agotador que eso era la preocupación subyacente de lo que estaba por venir y qué impacto tendría en nuestra compañía. Con dos edificios sin terminar, nuestra ciudad detuvo temporalmente toda construcción. Esto fue difícil para nosotros ya que tuvimos que ajustarnos a nuevos puestos y nuevas formas de trabajar. Sin embargo, poco a poco las cosas se fueron normalizando. Aunque todo es muy diferente de cómo era en febrero de 2020, ahora estamos en una nueva normalidad en la que trabajamos a pesar del virus y avanzamos como compañía.

En casa también nos hemos adaptado. Afortunadamente, no tengo que llevar la carga de la educación en casa sola ahora que ya empezó la escuela de nuevo. Mi maravilloso esposo y yo nos hemos dividido el horario escolar para que siempre esté uno de los padres disponibles durante horas de escuela, y él ha tomado el liderazgo para asegurarse de que nuestras hijas se mantengan al día con sus estudios en casa. Justo ahora, a medida que escribo, él está alistando a las chicas para empezar su día. Yo lo relevaré en un par de horas.

Hemos modificado nuestros horarios para mantener el equilibrio. Nos levantamos más temprano para tener más tiempo durante el día y hacer ejercicio antes de empezar nuestro día laboral. También fuimos afortunados porque encontramos a una maestra que tenía las tardes disponibles para ayudarnos con las niñas. Mientras ella las prepara para sus actividades, yo tengo mis reuniones de trabajo.

No siempre es perfecto. A mitad del día puede ser que alguien escuche a una niña gritando o llorando, pero eso es lo peor que puede pasar. También he aprendido a cerrar mi puerta para que nadie me interrumpa.

Tener un horario se ha vuelto más crucial que nunca, y tener tiempos y espacios separados para todo es vital. Cada día de escuela es el mismo: las chicas saben que su papá se encargará de una parte específica del día, y luego es mi turno. También saben que, si mi puerta está cerrada, no deben tratar de entrar. La más pequeña todavía trata de abrir la puerta, pero estamos desarrollando un mejor equilibrio. Sus horarios también les dan un sentido de estabilidad.

Esperamos que las escuelas y guarderías sigan con sus procesos de apertura, y así podremos obtener un mejor equilibrio como padres. Esta situación ha sido más difícil de lo que cualquiera de nosotros podría haber imaginado, pero siempre atesoraré el regalo del tiempo extra que he podido pasar con mis hijas y mi esposo.