Recientemente recibí el mejor cumplido que he recibido en mucho tiempo. Estaba hablando con una de las proveedoras de servicios de mi compañía, quien dijo que confiaba en nuestra empresa implícitamente. Ella conoce la forma en que manejamos la compañía, así como sus procesos y sistemas, y sabe que puede confiar en nosotros en nuestro trabajo.
Por ejemplo, ella hizo referencia a los muchos años de trabajar juntos sin ningún problema. Ella recordó la ocasión en que se le había olvidado cobrarnos un pago que teníamos programado hacer un año después de haber completado un servicio. Aunque no recibimos ninguna factura de su parte, aun así, la llamamos para pedirle su factura y que ella pudiera venir por su cheque. Hicimos el pago ya que es parte de nuestro proceso.
Una visión que tiene sentido en los negocios
En un mundo en el que las cosas cambian constantemente, podemos crear instituciones que sean oasis de confiabilidad. El concepto simple de ser consistentemente confiables atrae a las personas, socios y clientes a una organización. Estas organizaciones trabajan y, si hay un problema, la compañía lo resuelve. De cierta forma, nuestras empresas pueden existir como una versión de lo que nos gustaría ver en todas partes. Estas no tienen que ser perfectas; operar de la mejor forma posible y resolver los problemas que se presenten es suficiente.
Esta visión no es idealista; tiene perfecto sentido en los negocios. Como clienta, busco trabajar con compañías justas, bien administradas y transparentes. De la misma forma, los clientes, proveedores e inversionistas, potenciales y actuales, buscan lo mismo en mi compañía y en otras. Siempre es grato encontrar y trabajar con una institución que busca lo mejor para sus aliados. Cuando ya has logrado desarrollar la relación y la confianza, surge un sentido de buena voluntad mutua. Los pequeños malentendidos perdonan con facilidad y hay más espacio para desarrollar relaciones amplias que funcionan a largo plazo.
Los ingredientes clave
Convertirse en un oasis para otros es más fácil decirlo que hacerlo. La forma en que lo logres dependerá en cómo configures tu compañía, pero los elementos no variarán. Primero, se necesita une excelente equipo de personas comprometidas con la misión de la compañía. Después, debes entrelazar confiabilidad en la cultura en la que todos trabajan duro para cumplir las promesas de la compañía.
Una infraestructura excepcional que incluya una estructura de compañía idónea (lee El diseño de tu estructura de negocios puede definir tu éxito y Cómo desarrollar la estructura y organización de una compañía en crecimiento) junto con sus subyacentes sistemas (lee Sistemas nuevo: cuándo y cómo implementarlo en tu negocio) y procesos (Una guía para implementar procesos: parte 1 y parte 2), asegurará que el espíritu de respuesta y orden esté codificado en la empresa. Un equipo excelente en un entorno organizado es la parte central de la ecuación. Pero es importante tener en mente que una empresa siempre puede mejorar conforme aprende de sus errores o encuentra formas nuevas de innovar. Por tanto, el ingrediente final es la mejora constante; trabajar continuamente para que la compañía sea dinámica, responsable y eficaz.
Puede ser que no te des cuenta cuando tu compañía se convierta en la organización oasis que has intentado construir. Tal vez recibas cumplidos ocasionales que te indiquen lo que has alcanzado. Sin embargo, lo que sí notarás, es que los problemas evitables disminuyen.
Recibí comentarios sobre nuestra compañía de nuestra proveedora de servicios mientras ella se quejaba sobre una de nuestras políticas. Ella contrastó lo bien organizada que se sentía nuestra compañía con la política que teníamos. Hemos tomado sus comentarios en consideración y estamos en el proceso de modificar esa política. La meta es que nuestra organización mejore de forma continua para que, hasta el mayor grado posible, se convierta en una representación de esta realidad.