COVID-19 desde el punto de vista de los antiguos estoicos – Parte 1

En medio de estos tiempos tumultuosos, pienso continuamente en los antiguos estoicos y su filosofía. El arte de la buena vida: Un camino hacia la alegría estoica (biblioteca pública) de William Irvine describe los principios de la filosofía estoica, que fueron diseñados para preparar a las personas para tiempos precisamente como los que estamos viviendo hoy. Mediante sus prácticas, podemos aprender a valorar lo que tenemos, usar situaciones para volvernos más fuertes y ser capaces de lidiar con más desafíos, y aceptar nuestras circunstancias.

Valorar lo que tenemos

Como seres humanos, nos ajustamos con rapidez a las nuevas circunstancias y eventos. Debido a la llamada adaptación hedónica, tomamos por sentado lo que hemos obtenido al poco tiempo de haberlo adquirido y siempre estamos esperando la siguiente nueva posesión o experiencia. A veces estamos tan ocupados con nuestras vidas que ni siquiera no nos detenemos a saborear los eventos nuevos.

Para protegernos contra este aspecto de la naturaleza humana, el emperador romano y estoico prominente Marco Aurelio recomendó reflexionar en todo lo que tenemos y en lo que pasaría si lo perdiéramos todo. Al contemplar lo que tenemos, aprendemos a valorar nuestras vidas sin importar la posición en la que estemos. Esto no quiere decir que los estoicos creían que debemos ser conformistas sino, más bien, animaban a sus adherentes a mejorar sus condiciones futuras mientras estaban en paz con sus circunstancias.

En esta crisis actual, no ocupamos reflexionar para saber qué es lo que hemos perdido en unas cuantas semanas. Esta situación nos hace ver lo hermosa que era la vida cuando podíamos reunirnos con otras personas con libertad, darnos la mano, viajar y asistir a conferencias. Ahora tenemos la oportunidad de reconocer por completo el valor de nuestras vidas y de todo lo que tenemos como nunca antes lo habíamos hecho.

Sobre todo, los estoicos nos enseñaron sobre la impermanencia y cómo el cambio es lo único invariable en el mundo. Si se lo permitimos, esta situación impactante y abrupta puede ayudarnos a apreciar lo que tenemos cuando lo tenemos y que nada es permanente.

Apreciar lo que tenemos en este momento cuando se ha perdido mucho (vidas, ingresos, estabilidad) es mucho más difícil. Sin embargo, dependiendo de nuestras circunstancias, podemos sentir gratitud por las personas que están en nuestras vidas y por este hermoso mundo. Podemos valorar el techo sobre nuestras cabezas y el internet que nos mantiene conectados durante estos tiempos turbulentos.

Como en el caso de todos (algunos más que otros, claro está), esta crisis ha sido un desafío para mí, pero aun así no dejo de encontrar cosas pequeñas por las que me siento agradecida. Antes de esta crisis, continuamente tenía problemas para balancear mi trabajo y mi familia. Por meses había estado deseando tener un verdadero tiempo de calidad para sentarme con mis hijas y enseñarles a ser mejores al realizar sus tareas.

Les ha ido bien en la escuela, pero dado que yo fui una buena estudiante, quería compartirles mis ideas y buenos hábitos. Debido a que ahora todas las escuelas están cerradas, la pandemia me obligó a pausar mi rutina diaria y a dejar el espacio necesario para tener escuela en casa. Un beneficio de todo esto es que finalmente he tenido la oportunidad para dedicarle tiempo a la educación de ellas, mucho más del que había pedido, pero aun así estoy agradecida.

Volverse más fuerte

Los estoicos sugieren participar en actos incómodos para poder ser más fuertes cuando nos topemos con tiempos difíciles en el futuro. Ellos recomiendan seguir teniendo frío cuando tu deseo es buscar algo cálido o rechazar una copa de vino cuando alguien te ofrece una. A medida que nos acostumbramos a estas molestias, tendremos un rango más amplio de circunstancias en las que nos podemos sentir con tranquilidad.

Al participar en actos incómodos, tenemos una mejor idea de lo que podemos soportar en el futuro y también llegamos a apreciar lo que poseemos. Los estoicos nos invitan a ejercitar el músculo de la fuerza de voluntad, que se volverá más fuerte para poder manejar cualquier situación con la que nos tengamos que enfrentar.

Sea que estés de acuerdo con esta idea o no, la crisis del coronavirus nos ha obligado a vivir situaciones muy incómodas, como el no ser capaces de salir y el tener que encargarse de los hijos en casa mientras, en muchos casos, nos toca trabajar a tiempo completo desde casa. Algunos nos estamos enfrentando a escaseces de alimento y a otras pérdidas. En vez de temerle a esta situación, podemos adoptar la perspectiva estoica de que lo que estamos experimentado hoy nos hará más fuertes. Estamos desarrollando más resiliencia para que, cuando todo esto haya pasado, los eventos y circunstancias que tal vez nos abrumaron en el pasado parecerán pequeños en comparación y ya no tendrán ningún efecto.

La siguiente semana continuaré mi análisis de la pandemia del COVID-19 desde la perspectiva de los antiguos estoicos.

Irvine, William, B. El arte de la buena vida: Un camino hacia la alegría estoica. Ediciones Paidós, 11 de junio de 2019. E-book.