El día de ayer me puse a pensar en los planes que había hecho en enero para los primeros seis meses de este año y lo diferentes que son ahora debido a la realidad que estamos viviendo. No me imaginé que fuera a pasar algo como esto; creo que a todos nos tomó por sorpresa. El año empezó muy bien y, ahora, estamos en cuarentena, buscando la forma de seguir adelante con las operaciones de nuestra compañía. El COVID-19 nos sorprendió en medio de la construcción de un edificio y a dos semanas de terminar otro, y, sin embargo, tuvimos que pausar nuestras actividades de construcción el día de hoy.
Me está costando trabajo poder procesar todo esto en mi mente y saber cómo seguir adelante. Es impactante, pero la situación es la misma para todos.
La forma en que el mundo se ha detenido escapa de todo lo que habíamos visto con anterioridad, pero también destaca su interconexión. Nuestra sociedad se ha visto enriquecida inmensamente durante las últimas décadas por nuestras muchas conexiones, especialmente mediante nuevos medios de comunicación. Sin embargo, son estos mismos vínculos los que nos hacen más frágiles; un solo eslabón roto en la cadena nos afecta a todos. Estamos todos juntos en esto.
Aunque ya he escrito y teorizado sobre el concepto de interconexión, ver el tema en la práctica con el asunto del COVID-19 es impresionante. Lo que empezó en Wuhan, China, ha llegado a todas partes del mundo, marcándonos como portadores y causando graves daños a su paso. No puedo decir que me alegra ser parte de esto, pero sí me quedo sin aliento al pensar en la imagen completa.
La odisea de nuestra compañía
Claro, a nivel de compañía estamos adoptando todas las medidas necesarias, pero hasta estas acciones han sido difíciles debido a que todo ha seguido cambiando continuamente.
Tuvimos que reorganizar nuestra atención en los edificios construidos y también al resto de nuestros equipos para trabajar a distancia. Tenemos el beneficio de que todos nuestros sistemas están basados en la nube desde que iniciamos operaciones en 2015, y ya nos acostumbramos a trabajar con estas herramientas. Lo que no habíamos experimentado antes fue trabajar de forma remota como compañía entera. Esta semana el desafío ha sido cambiar nuestra forma de trabajar. Sin embargo, me enorgullece decir que nos adaptamos con rapidez y que hemos mantenido nuestro ritmo de trabajo.
Por supuesto, tuvimos que hacer algunos ajustes. Nuestros ingenieros supervisan nuestras construcciones y se aseguran de que todos nuestros contratistas y personal avancen de acuerdo con lo programado. En su caso, los hemos reasignado a otros equipos que necesitan ayuda extra en proyectos acumulados y en labores que la crisis ha creado.
Sin una ruta o línea de tiempo clara, estamos tratando de mantener el ritmo regular de nuestro trabajo. También nos hemos dedicado a planificar al tratar de prevenir y planear tanto como nos sea posible. El futuro es incierto, pero estamos dando pasos para asegurarnos de salir de esta de la mejor forma posible.
Algunas lecciones personales iniciales
Algunas personas están aprovechando la oportunidad para tomar cursos, trabajar en antiguos proyectos o leer libros que han querido leer desde hace algún tiempo. Pero para algunos de nosotros la crisis ha significado tener que encargarse de más trabajo que el habitual, particularmente en el caso de las que son madres o padres. Para las personas que estamos en esta situación, esto es lo que he aprendido:
-
Crea algún tipo de rutina: Si es posible, trata de mantener los ritmos básicos de tu rutina para mantener un sentido de normalidad y control. Por ejemplo, si sueles hacer ejercicio temprano por la mañana, intenta mantener el mismo hábito.
-
Sé realista: No serás perfecta o perfecto en tu papel de chef, maestro o amo de casa al mismo tiempo que sigues con tus responsabilidades laborales regulares. Adapta tu rutina a las nuevas realidades, como el tener escuela en casa, y no te sientas mal por sentirte abrumado o por no tenerlo todo bajo control (nadie lo logra).
-
Aparta tiempo para ti: Si pierdes el enfoque, no serás capaz de lidiar con esta situación desafiante con tu máximo potencial. Sea que optes por meditar o por pasar tiempo en tu hobby favorito, reservar algo de espacio para ti te ayudará a no perder la cordura.
Por lo menos, esta crisis puede enseñarnos sobre resiliencia. Tengo fe en la capacidad de los humanos para adaptarse. Les envío mis mejores deseos a todos ustedes, sus familias y a sus compañías mientras navegan por estos tiempos turbulentos.