Como mencioné en mi artículo anterior, los antiguos estoicos tienen mucho que enseñarnos en medio de esta crisis. La aceptación es una de sus lecciones más importantes.
Aceptación
Como lo expresó Epicteto: “Algunas cosas dependen de nosotros, y algunas otras no”. También hay cosas, como Irvine bien lo menciona, sobre las que tenemos control parcial. Epicteto, quien nació como esclavo y que también tenía una discapacidad, dijo que era insensato pasar nuestro tiempo pensando y preocupándonos por cosas que no podemos controlar, y debemos aceptarlas con calma. Sin embargo, sí somos responsables de nuestras acciones.
COVID-19 es una pandemia, y está totalmente fuera de nuestro control. A menos que seamos parte del equipo de respuesta ante el virus, no podemos controlar el comportamiento de los demás ni cuál será la posición del país ante esta crisis. Ni siquiera los que están en posiciones de liderazgo en nuestros países pueden controlar esta pandemia, y no tiene mucho sentido imaginar que nosotros podemos intervenir cuando no podemos hacerlo.
Distinguir entre lo que podemos controlar y lo que no es una lección muy amplia. No obstante, esta crisis hace que la distinción sea clara y simple.
En el caso de las situaciones sobre las que solo tenemos un control parcial, podemos establecer metas internas en vez de externas: lo que vamos a hacer en vez de un resultado preciso. También podemos controlar nuestra reacción. La forma en que salgamos de esta situación en sentido personal y profesional está bajo nuestro control parcial. Por eso, podemos establecer metas internas, como tener una rutina y alcanzar los objetivos que nos hemos puesto.
Durante estos días, si somos padres, nuestras metas tal vez solo sean llevar a cabo la escuela en casa y completar el trabajo que tenemos para el día de la mejor forma posible. Para nuestras compañías, este es tiempo de protegerlas y asegurar que puedan resistir la tormenta mientras hacemos el bien a los que nos rodean.
Otro punto que los estoicos destacan es tener una actitud fatalista hacia la vida, tanto del pasado como del presente. Cuando un evento ocurra, debemos aprender a aceptar los decretos de nuestro destino. Las personas de la antigüedad creían que tres diosas llamadas las Moiras controlaban la vida. Irvine describe así sus papeles: “Cloto hilaba la vida, Láquesis la medía, y Átropos la cortaba”. Los estoicos abogaban por aceptar e incluso agradecer la vida según el decreto de las Moiras, pero no eran fatalistas respecto al futuro, el cual trataban de mejorar tanto como les fuera posible.
Esta idea me parece extrañamente reconfortante en estos tiempos y, de cierto modo, se me hace más fácil aceptarlos al pensar que las antiguas Moiras están a cargo de esto y que necesito adaptarme de la mejor forma posible a esta crisis. ¿Y si no me limitara solamente a aceptar la situación sino, de hecho, le sacara provecho? En mi caso, empezaría por agradecer el tiempo extra que tengo con mi familia, tiempo que de otra manera no habría tenido, y después pasaría a estar agradecida por tener tiempo para reflexionar.
Esta crisis tiene la capacidad de revelar verdades que de otro modo no habríamos notado, y eso es algo que puedo agradecer. Debido a que nos obligó a trabajar de forma remota casi sin tiempo de preparación, me está mostrando de manera clara lo que funciona y lo que no funciona en mi empresa. Si escucho con atención y aparto tiempo para explorar, nuestra compañía será mucho más fuerte al final.
Por más difícil que sea imaginarlo ahora, esta situación también es impermanente. En algún momento tendremos una cura y una vacuna. Seremos capaces de salir y viajar otra vez, y conoceremos a personas nuevas. Aunque con golpes, saldremos de esta. Si aprovechamos la situación, tal vez nos convirtamos en personas mejores y más resilientes.
Irvine, William, B. El arte de la buena vida: Un camino hacia la alegría estoica. Ediciones Paidós, 11 de junio de 2019. E-book.