Cómo desarrollar resiliencia para lidiar con los altibajos

La vida cambia todos los días. Con el tiempo, vamos a experimentar un poco de todo: lo bueno, lo malo, lo increíble, lo triste y, a veces, como en la crisis reciente, lo catastrófico. Nuestra vida laboral no es diferente. Los altibajos son comunes. Es normal que en ocasiones un gran colaborador de nuestro equipo se vaya de la compañía, o que un préstamo importante no sea aprobado. Esto puede ser muy frustrante y a veces hasta causar miedo.

El crecimiento no es lineal; suele ser muy impredecible. Para poder trabajar con la incertidumbre, he descubierto que, como líderes, debemos desarrollar resiliencia. Si nosotros no nos sentimos bien, será mucho más difícil, si no es que imposible, liderar a otros.

Aunque he fallado en varias ocasiones, siempre he intentando mantener el equilibrio. Hace dos años empecé a experimentar con mejorar mi resiliencia. Como en todo, hallé actividades que funcionaban y otras que no. Algunas no se adaptaban a mi estilo de vida bien al principio, pero después encontré la manera de hacerlas funcionar. Lo que sigue es una lista de mis experimentos para resiliencia.

Hacer ejercicio

No suelo pensar mucho sobre cómo el ejercicio afecta mi desempeño en el trabajo. Sin embargo, sí me doy cuenta de que me siento más relajada y energizada después de hacerlo. Recientemente, con el cierre debido al Covid-19, finalmente pude ver el beneficio que tiene el ejercicio en mi bienestar. Dejé de hacer ejercicio por una semana y ya no me sentía como yo misma. Me sentía incómoda. Eran momentos de mucho cambio, así que decidí volver a empezar con lo que pudiera hacer. Eventualmente retomé mi rutina y he estado haciendo ejercicio todos los días, lo que me ayuda para bajar el estrés.

El ejercicio libera endorfinas y otras hormonas que actúan como analgésicos y producen sentido de bienestar natural. Con el tiempo, el ejercicio puede ayudarnos a lidiar con una gran parte del estrés que experimentamos en el trabajo.

También nos puede ayudar a desarrollar resiliencia mientras entrenamos a nuestros cuerpos para que manejen mejor la incomodidad emocional que encontramos en el trabajo.

“Desarrollar la capacidad de energía física es conocido a veces como ‘fortalecimiento’. En el mundo mayoritariamente sedentario de los trabajadores de cuello blanco, la ausencia de cualquier demanda física regular excluye el fortalecimiento natural que ocurre simplemente por llevar una vida físicamente activa. El resultado es que a medida que envejecemos, la mayoría de nosotros dispone de menos energía para afrontar situaciones desafiantes y estresantes”.

— The Power of Full Engagement: Managing Energy, Not Time, is the Key to High Performance and Personal Renewal de Jim Loehr, Tony Schwartz

Escribir

Escribir nos ayuda a procesar los eventos a nuestro alrededor. Muchos de mis artículos, incluyendo este, están motivados por los problemas con los que me encuentro. Esos problemas y mi escritura son la forma en que manejo lo que va surgiendo. Escribir me ayuda a entender mejor las cosas y a encontrar soluciones que de otro modo no habría visualizado.

No necesitas publicar artículos para obtener el mismo beneficio. Escribir en un diario también es una herramienta excelente. Lo que escribas no tiene que ser muy extenso, pero mantener el hábito diario puede hacer una gran diferencia. A veces puede ser suficiente una sola oración. Hay momentos en los que me siento abrumada y sin ganas de escribir, así que en vez de eso dibujo lo que está pasando por mi cabeza.

El meditar

Todos hemos escuchado de los beneficios de meditar. La meditación puede cambiar el cerebro, reducir la ansiedad y mejorar la concentración. También puede mejorar el proceso de envejecimiento del cerebro. Las personas que meditan de forma constante por largos periodos tienen más materia gris en el cerebro al envejecer y, en esencia, sus mentes se conservan mejor.

He tenido el deseo por años de meditar consistentemente, pero nunca encontraba el lugar o el momento correcto para hacerlo. Recientemente he encontrado un espacio físico que me funciona para hacerlo durante la hora del almuerzo, en donde me tomo 15 minutos para mí misma. Con la reciente pandemia, la meditación ha sido otra de mis anclas, y durante esos 15 minutos en los que medito casi me olvido de lo que está pasando y me siento más presente. Es un salvavidas que me mantiene a flote.

Relacionarse con otros

He vuelto a priorizar mi tiempo. Antes solía enfocarme en mi trabajo, pensando que eso era lo que debía hacer. Recientemente he apartado más y más tiempo para conectar con otros. Si necesito llamar a alguien y lo recuerdo a la mitad de mi trabajo, tomo el teléfono y hago la llamada siempre que el tiempo así lo permita.

El tiempo que paso con amigos y familia me llena de energía. Almorzar a la mitad del día con amigos es parecido a la terapia.

Los hobbies

Es común que con el trabajo y las responsabilidades nos olvidemos de nosotros mismos y nuestros hobbies. Desde mi adolescencia y hasta que cumplí los 20, solía pintar. Dejé de hacerlo para dedicarle todo mi tiempo a desarrollar mi carrera y tener una familia. Durante el año pasado me di cuenta de que necesitaba volver a mi hobby. Quería pintar sin ningún propósito y sin preocuparme por los “errores”. Empecé pintando los pinos que podía ver desde mi balcón.

Pinto casi todos los domingos por alrededor de una hora. Si me toma diez minutos el acomodar mis pinturas y hacerme un té caliente, no hay problema. No me estreso, ya que es parte del tiempo que paso en mi hobby. Si me paso toda la hora pintando el tronco de un árbol, también está bien. Es mi tiempo, y termino renovada.

Trabajar con un coach

La primera vez que leí sobre usar un coach fue cuando leí el libro de Eric Schmidt y Jonathan Rosenberg Cómo trabaja Google. En pocas palabras, su consejo fue que, como líderes, necesitamos asesores que puedan ver nuestro desempeño y que puedan ayudarnos a mejorar.

Ya han pasado dos años desde que empecé a trabajar con mi asesora, y lo seguiré haciendo en el futuro. Tener a alguien que me conoce y me ayuda a ver mis circunstancias desde otra perspectiva ha sido muy valioso. Con su ayuda, he crecido y obtenido mucha más paz que la que podría haber obtenido yo sola.

Cuando nuestra ciudad dictó el cierre de emergencia debido al coronavirus, tuve una llamada por teléfono con ella. Me sentía abrumada tratando de mantener mi casa, a mi familia y a mi compañía funcionando. Sin exagerar, esa llamada me salvó. Me ayudó a ponerme otra vez en acción y a encontrar la manera de superar esta situación.