Empezar un proyecto nuevo desde cero es probablemente una de las cosas más difíciles que se pueden hacer. A veces tengo una idea maravillosa, un proyecto completamente nuevo listo para empezar. Me siento convencida de que este resultará en muchos beneficios, y estoy lista para iniciarlo. Entonces, me coloco frente a la computadora para empezar a trabajar y, de repente, me quedo en blanco, sin una pista de por dónde empezar.
Cuando esto pasa, trato de regresar y redescubrir mi inspiración original. Aunque la emoción casi siempre sigue intacta, no sé cómo empezar. Comúnmente me quedo sentada algunos minutos más hasta que me desespero. Al final, apago mi computadora y continúo con mi día para no sentir que lo he desperdiciado.