Separa tu identidad personal y profesional

A medida que nuestros negocios crecen, es normal sentir un gran apego hacia estos, especialmente si somos fundadores. Nuestras compañías y trabajos fácilmente pueden volverse parte de nuestra identidad, y el destino de nuestra compañía queda entrelazado con el nuestro.

Criamos a nuestras compañías desde el principio. Estructuramos todo de la mejor forma posible y contratamos a un equipo que se ajuste a su misión y que la quiera expandir. Todos los días intentamos hacerla mejorar. Muchas veces, y con el tiempo, nos encontramos cada vez más entrelazados con nuestras compañías.

[Foto: Annie Spratt/Unsplash]

[Foto: Annie Spratt/Unsplash]

Me pasó lo mismo: en poco tiempo, me di cuenta de que mi compañía, Celaque, se había vuelto mi bebé. Noté que cuando las cosas iban bien, me sentía de lo mejor, como cuando teníamos un mes exitoso en ventas. Pero cuando lo opuesto pasaba y las cosas no salían según lo planeado, me lo tomaba personal y a veces me sentía mal. Trataba de no hacerlo, pero era inevitable.

Sabía que debía de encontrar la forma de separarme de la compañía. Así que, poco a poco, aprendí a desprenderme.

El desprendimiento

Mi desprendimiento ha sido gradual. Poco a poco, las cosas que me molestaban ya no parecen ser tan importantes.

Una práctica que me ha ayudado es tomar el punto de vista amplio de las cosas. Todos los días me recuerdo a mí misma el panorama general de la compañía, lo que me ayuda a sobrellevar los pequeños detalles que me habrían afectado en el pasado. Al final, nuestro trabajo es asegurarnos de que la empresa siga avanzando en la dirección correcta; hay un millón de formas de llegar a nuestro destino, y es inevitable que se cometan errores en el trayecto.

Algo más que me ha ayudado es que, a medida que la compañía crece, no puedo estar al tanto de todo lo que sucede, y siento que es mejor así. Me enfoco en las partes en las que puedo tener un impacto más significativo y trabajo en ellas. Deliberadamente empodero a otras personas para liderar sus equipos y evito involucrarme en los detalles porque confío en ellas.

Dedicar mi tiempo a otros proyectos, como a este blog y a mis libros, ha sido otra forma de expandir mi identidad. Uso gran parte de mi energía extra pensando en estas áreas. Ahora que hay más que unos pocos proyectos, mi sentido de lo bien que están las cosas ya no se limita a un solo elemento.

También he descubierto que todos estos proyectos nuevos enriquecen la compañía. Por ejemplo, tomé algunos cursos de mercadeo para aprender a promocionar mis libros y modernicé el departamento de mercadeo de la compañía gracias a este aprendizaje.

Finalmente, he llegado a un punto en el que estoy lista para estar en paz y no dejar que las cosas me molesten. Mis prácticas de meditación, llevar un diario y caminar en la naturaleza me han ayudado a mantener la paz a pesar de los inevitables altibajos. No soy perfecta, pero al continuar la práctica de separar mi identidad de la suerte de la compañía, todo se ha vuelto más manejable.

Vale la pena

Gracias a este nuevo sentido de independencia he visto beneficios.

Puedo ver las cosas de forma más clara. Ya no tomo decisiones basadas en emociones; ahora evalúo las cosas desde perspectivas diferentes. Puedo tomarme tiempo para asegurarme de estar actuando de la mejor forma posible.

También me he convertido en mejor líder. En vez de reaccionar, puedo enseñar y entrenar (lo que me encanta hacer), para garantizar que nuestros equipos estén mejor preparados y capacitados para el futuro.

[Foto: Annie Spratt/Unsplash]

[Foto: Annie Spratt/Unsplash]

Finalmente, disfruto más mi trabajo. Ya no dejo que me afecte cuando algo ha salido mal; ahora solo estoy presente. Me he enfocado en las cosas que más amo: trabajar en proyectos innovadores y pasar tiempo ayudando a las personas a desarrollar sus carreras.

Quisiera que esta transición hubiera pasado antes, pero me alegra haberlo hecho. Me emociona la idea de ver cómo esto sigue su curso, y espero que el resultado sea que pueda hacer un mejor trabajo.

SOBRE LA AUTORA

Pamela Ayuso es una autora y cofundadora y CEO de Celaque. Es una emprendedora y desarrolladora de bienes inmuebles que tiene experiencia en liderazgo ejecutivo en dos de las desarrolladoras inmobiliarias más exitosas de Honduras: administrando operaciones en Alianza y liderando Celaque. Celaque desarrolla edificios de oficinas y residenciales y administra una amplia cartera de propiedades. El enfoque de Pamela es convertir a Celaque en un modelo para la empresa del siglo XXI.

Además de su papel como CEO en Celaque, Pamela es la autora del libro más vendido de Amazon, Heptagrama: El sistema de diseño empresarial de 7 pilares para el siglo XXI. Ofrece conocimientos prácticos sobre el desarrollo personal y empresarial para otros emprendedores y líderes empresariales, en su blog y LinkedIn. Su esposo y sus tres maravillosas hijas inspiraron la historia de su primer libro para niños, Alicia y Cone pintan un mural.

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