Deja de postergar con estas 5 prácticas efectivas

Todos postergamos en un momento u otro. Por lo que he visto, nadie es perfecto en este asunto; pero es posible mejorar. Algunas personas son mucho más productivas que otras, y creo que se debe a que han desarrollado los hábitos correctos. Trabajar de forma efectiva es un asunto de establecer tus rutinas para garantizar una máxima productividad.

Prueba estos cinco pasos para mejorar tu forma de trabajar.

1. Piensa claramente sobre tu meta y por qué quieres alcanzarla

Lo primero es saber qué es lo que quieres conseguir. A veces nos sentamos a trabajar, pero no estamos 100% seguros de cuál es nuestra dirección. Ahora es el momento de familiarizarte íntimamente con tu meta.

Algo que te ayudará es visualizar los resultados de alcanzar la meta. Algunas personas tienen imágenes o notas que les recuerdan su meta y lo que se sentirá cuando la alcancen. Si tienes tu meta muy presente, te será mucho más fácil sentarte y hacer el trabajo necesario.

Además, ¿qué se requerirá para que alcances tu meta? Cuando empecé a escribir mi libro, sabía que quería que fuera de 50,000 palabras y quería terminarlo en un año. Dividí el número de palabras por el número de semanas y obtuve una meta semanal. Este ejercicio me dio una imagen clara de lo que tenía que hacer cada día para alcanzar mi objetivo.

Si tienes hitos claros, sabrás en qué debes trabajar cada día, cada semana, cada mes, y cuánto tiempo requerirás para cada incremento de tiempo. Si no cumples con tus hitos, sabrás que es necesario reajustar tus planes.

A veces, cuando ya has comprendido la cantidad de tiempo que tendrás que invertir en un proyecto específico, verás que logras sobrepasar tus hitos y terminas haciendo incluso más. Al fortalecer tu músculo en algo nuevo como escribir, hablar en público, o vender, inevitablemente se volverá más fácil; te tomará menos tiempo y probablemente seas capaz de hacer mucho más. Es entonces cuando las cosas se ponen interesantes.

2. Organiza tu lugar de trabajo

Un lugar de trabajo desordenado le robará tiempo y energías a lo que tienes que empezar. Si, por otro lado, tu escritorio, tu computadora y tus herramientas están listas, será más probable que puedas empezar.

Organízalo de manera que tengas cerca las cosas que necesitarás. Además, asegúrate de que todo esté en su lugar para que no desperdicies tiempo acomodando las cosas para empezar a trabajar. Yo prefiero dejar todo organizado al final del día porque así la mañana siguiente es más fluida.

3. Evita distracciones

¿Cuál es tu mayor distracción? ¿Netflix? ¿Instagram? Intenta deshacerte de estas o haz difícil el que puedas acceder a ellas. Si vas en serio con tu meta y Netflix se está robando todo tu tiempo, cancélalo. Normalmente, el problema es nuestro celular. El asunto es que muchos usamos el teléfono también para trabajar, así que evitar ir a las redes sociales después de cada llamada es desafiante.

Sin embargo, hay algunos trucos. Puedes poner límites en las aplicaciones para que te quites el hábito de estar revisando las redes sociales. Otro truco es acceder a las aplicaciones en línea. Por ejemplo, yo utilizo WhatsApp para trabajar. Así que, en vez de abrir la versión móvil, lo uso desde mi navegador de internet. No solo soy más eficaz respondiendo a mensajes mediante la versión web, ya que puedo teclear, sino que además no pierdo tiempo con otras aplicaciones.

4. Aparta bien el tiempo

Una de las razones por las que postergamos es que no hemos apartado tiempo para el trabajo que debemos hacer. Y si no le damos tiempo a lo que tenemos que hacer, no trabajaremos de forma eficaz. Ayer entendí mejor que el tiempo equivale a valor, y que le damos tiempo a lo que valoramos. Así que lo necesario es establecer espacios para asegurarte de hacer lo que quieres lograr.

Si siempre tienes proyectos en marcha, te sugiero apartar tiempo permanentemente que sabrás que siempre estará disponible para trabajar en todo lo relacionado con estos. Estos espacios de tiempo no solo aumentarán tu productividad, sino que también harán que tu agenda sea más predecible. Empezará a adoptar un ritmo, y será mucho más fácil empezar. Tu cuerpo y tu cerebro habrán formado el hábito, y no tendrás que obligarte a empezar. Entonces tendrás energía extra que podrás ahorrar para otras tareas.

5. Desarrolla autodisciplina

El solo escuchar esta palabra hace que algunas personas tiemblen, pero desarrollar autodisciplina es la base para poder completar cualquier cosa. Cuando todo ya esté listo en tu espacio físico y horario, este será el ingrediente final. Lo bueno de ser metódico es que es un músculo que puede crecer con el tiempo. Tente paciencia. Tal como no te exigirías levantar 50 kilos de la noche a la mañana, no podrás tener una disciplina de acero si nunca antes la has ejercitado.

Poco a poco y a medida que trabajas en cada uno de estos elementos, verás que postergas cada vez menos y que tu productividad aumenta. Te tomará tiempo, pero lo lograrás si te lo propones.