Buscando el equilibrio: la importancia de tener una rutina

Todos tenemos rutinas. Ellas pueden incluirlo todo, desde la hora en que nos levantamos y hasta cómo terminamos nuestro día laboral. Las rutinas le dan un orden estructurado a la forma en que pasamos nuestros días.

Afortunadamente, las rutinas se desarrollan de forma natural, pero si decides usar tu rutina como herramienta, te puede ayudar a sacarle el máximo provecho a tu día. La idea es establecer rutinas para encargarte de forma automática de las actividades que son las más importantes para ti. Una vez que el hábito se materializa, las tareas que son más difíciles de completar se realizan sin tener que pensar en hacerlas.

Cómo establecer una rutina

Haz una lista de tus prioridades

Probablemente ya tengas una rutina que te ayuda durante tu día, pero puede que haya actividades que desees añadir o modificar. Antes de analizar tu rutina, te recomiendo hacer una lista de los principales componentes que quieres que sean parte de esta. Puede que algunos ya estén incluidos, como trabajar y leer. Otros pueden ser nuevos, como un nuevo hábito de ejercicio. Estos son algunos ejemplos de aspectos que tal vez desees incluir:

• Salud: Ejercicio, alimentación saludable, descanso

• Trabajo: Proyectos prioritarios, proyectos nuevos, tareas postergadas

• Familia y relaciones: Espacio para profundizar o desarrollar relaciones importantes

• Otras actividades: Tiempo usado en pasatiempos y otros intereses, como compromisos comunitarios o actividades en equipo.

Después, analiza tu horario para ver qué funciona y qué no. Tal vez no haya suficiente espacio para hacer ejercicio o no tengas el tiempo necesario para relajarte después del trabajo y descansar adecuadamente por las noches. Si tuvieras que hacer un cambio importante en tu rutina para alcanzar este equilibrio, ¿qué sería?

Añade las rutinas nuevas a tu horario

Si tienes un horario básico que incluye todo lo que es importante para ti, empieza a añadir rutinas nuevas. Trata de implementar un cambio en tu horario a la vez. Empieza con un elemento que desees añadir o modificar y encuentra las mejores horas para esta actividad en tu semana. Por ejemplo, puede ser que prefieras ejercitarte por la mañana.

Tal vez no haya suficiente tiempo en el día para hacer todo lo que desees. Si no estás durmiendo suficiente, no tiene sentido llenar tu día con trabajo y ejercicio. En ese caso, organizar tu horario semanal será beneficioso ya que te permitirá ver de forma realista la cantidad de tiempo de que dispones. Entonces podrás priorizar o pensar de forma creativa cómo encargarte de tu semana.

Empieza despacio

Establecer una buena rutina toma tiempo. Algunas actividades nuevas pueden tomar mucho más tiempo que otras para convertirse en hábitos. Algunos cambios me han resultado sencillos, como tomar té en vez de café por las mañanas. Pero otras modificaciones, como llegar temprano a la oficina para escribir, me han sido mucho más difíciles de implementar. Tal vez te tome meses poder integrar un solo elemento en tu rutina.

No te frustres; sigue avanzando. Cuando algo quede bien instalado en tu horario, es más probable que permanezca allí. Cuando sientas que esa actividad nueva ya es parte de tu vida, intenta añadir la siguiente.

Experimenta

A veces, tendrás que usar la prueba y error para saber qué horario es el mejor para cierta actividad. Tal vez prefieras llenar tu semana con actividades y dejar los fines de semana libres para descansar, o puede ser que prefieras esparcir todos los elementos de tu rutina de manera uniforme en toda la semana. El diseño de tu rutina será único para ti y tus necesidades.

Te puede suceder que notes que no estás progresando en tu trabajo para un proyecto especial. Si tienes la cantidad adecuada de motivación, es probable que solo necesites encontrar el mejor momento en tu rutina para trabajar en proyectos nuevos. Inténtalo por las mañanas y, si eso no funciona, trata al anochecer. O en vez de sentarte una hora a la semana a trabajar en un proyecto, intenta dividirlo en periodos de 15 minutos durante la semana. Una mentalidad experimental es útil en estas situaciones para poder explorar qué es lo que funciona mejor para ti.

Prepárate para los cambios

En la vida hay cambios. Sea que se trate de un nuevo trabajo o bebé, tu rutina evolucionará y cambiará. Ten paciencia conforme experimentas y te adaptas a las nuevas circunstancias de tu vida. La forma de tu rutina antes de un nuevo trabajo o bebé puede ser totalmente diferente en comparación con lo que pasa después.

Sin embargo, creo que es especialmente útil tener una rutina cuando te sientes bajo presión debido a las nuevas circunstancias de tu vida. Es en estos momentos cuando puedes usar tu rutina como herramienta para alcanzar tus metas y darle equilibrio a tu vida. Tu rutina puede cambiar dos veces al año o puede variar dependiendo de si estás viajando o en casa. Mientras más trabajes en ella para adaptarla a tu vida, más te ayudará a encargarte de lo que es más importante para ti.