El coronavirus ha causado problemas de salud y económicos en todo el mundo; todos hemos sentido su impacto de una u otra manera. Esta situación ha creado un torbellino diario de emociones.
Sin embargo, en medio de todo lo que está pasando, estoy lista para empezar a pensar sobre el futuro, sobre esperanza. He tomado la pandemia del COVID-19 como una pausa obligatoria para bajar el ritmo, reevaluar, y hasta reinventar mi vida. Cuando ya pueda salir de esta hibernación necesaria, quiero que mi vida se ajuste mejor a mis sueños e ideales, así que estoy haciendo algunas cosas para cumplir con esas aspiraciones.
Escuchar
Raramente nos tomamos el tiempo para desconectarnos y escuchar de verdad. Claro, podemos tomar descansos y salir de vacaciones. Pero incluso al hacerlo, siempre estamos ocupados. Cuando salimos de viaje, tratamos de verlo todo y cumplir con todo lo de nuestra lista antes de que se acabe el tiempo, y parece que el tiempo nunca es suficiente. Algunos probablemente seguimos igual de ocupados ahora, pero estar en un entorno completamente diferente nos permite detenernos y pensar.
Podemos aprovechar este tiempo y verlo como un regalo para escuchar y aprender. Estas son algunas preguntas que me he estado haciendo:
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¿Qué extraño de cómo era mi vida antes?
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¿Qué es algo que he querido cambiar y para lo que no he tenido oportunidad? ¿Cómo puedo cambiarlo?
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¿Qué es esencial y valioso en mi vida?
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¿Qué quisiera tener que hacer menos?
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¿Qué he estado relegando y que es especialmente importante para mí?
Anteriormente, era fácil evitar hacer un análisis sincero de nuestra vida debido a nuestro horario y las ocupaciones diarias. Esta pausa colectiva es el momento para escuchar.
Crear visiones para el futuro
Debido a que nuestros horarios regulares han sido interrumpidos, es fácil desasociarnos de estos e imaginar los cambios que queremos ver. Ahora es el momento de soñar. Solo porque puedas imaginarlo, no significa que serán realidades inmediatas. Pero, al mismo tiempo, si no tienes un destino en mente, será difícil llegar a la meta.
Para crear mi visión, me he preguntado a mí misma:
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¿Cómo sería mi día ideal?
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¿Qué cambio podría hacer que me daría el beneficio más significativo?
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¿Qué me impide alcanzar este ideal?
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¿Qué proyecto me encantaría iniciar?
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¿Cuál me gustaría que fuera el propósito detrás de mi trabajo?
Puedes crear tus visiones usando diferentes técnicas. A mí me gusta llevar un diario, ya que puedo sumergirme en un tema de forma diferente a solo pensarlo. Hace unos días, en mi grupo de colegas, creamos visiones por turno para el futuro de las demás en el grupo. También he descubierto que dibujar y pintar pueden ser formas diferentes de desbloquear mi creatividad.
Empieza a implementar
Cuando ya tengas una misión en mente, será momento de ir hacia adelante. Con esa visión, podrás identificar con mayor facilidad cuál ha sido el obstáculo o qué cambio tienes que hacer para alcanzar esas metas. Puede que algunas de las mejoras sean complejas. Además, tal vez haya cosas que ya has intentado cambiar desde hace algún tiempo y sin conseguirlo, lo que puede hacer que toda tu visión parezca inútil.
Sin embargo, nunca nos habíamos topado con algo como el COVID-19, y si hay algo que pueda hacer una diferencia, esto lo es. Tu vida podría ser un antes y un después del COVID-19.
Toma medidas provisionales y prepara el camino
Dado que es probable que sigamos viviendo en una realidad diferente por un tiempo más, puedes usar este tiempo para prepararte para lo que deseas obtener. Por ejemplo, si vas a iniciar un nuevo proyecto de negocios, empieza a prepararte desde ahora. Para cuando las sociedades y las economías vuelvan a abrirse, ya habrás nutrido esa frágil semilla para que sea un tallo saludable con vida propia, y no habrá vuelta atrás.
También puedes preparar el crecimiento para organizaciones ya existentes. En mi compañía, Celaque, quiero que nuestra estructura organizacional refleje nuestra evolución como compañía. Para ese fin, debemos hacer modificaciones, desde mover responsabilidades de un departamento a otro y hasta crear puestos nuevos. Ya estoy aprovechando este tiempo para hacer esos cambios para que se puedan aplicar por completo desde ahora.
Haz promesas
Las visiones toman muchas formas. Una de las mías es dejar todavía más espacio en mi horario para cuando mis hijas vuelvan de la escuela. Para lograrlo, ya he hablado con mi hija mayor, de ocho años, y le hice la promesa de que voy a estar con ella todos los días cuando haga sus tareas. Las promesas que les hago a mis hijas son sagradas, así que estoy segura de que al menos esta visión será realidad.
Puedes, claro está, hacer un ciclo de escuchar, crear e implementar más de una vez, especialmente después de empezar a actuar. Tal vez notes que, cuando empieces a implementar algo, querrás hacer ajustes a la visión general ya que has aprendido algo nuevo. Iterar y ser paciente (después de todo, ¡tenemos tiempo de sobra!) te ayudará a refinar tus ideas.
Podemos invertir y plantar la semilla que dará el fruto que tal vez nunca habríamos visto de otra forma.