Las rutinas son la forma en que hacemos todo lo que queremos lograr a diario. Es dentro de estas rutinas que integramos las acciones que necesitamos hacer para conseguir lo que queremos. Para construir rutinas sólidas debemos saber cómo funcionan y así crear los hábitos que necesitamos para ser constantes y crecer con el tiempo.
Aquí hay un resumen de lo que he aprendido sobre cómo funcionan las rutinas y cómo pueden ayudarte a lograr todo lo que siempre has querido hacer.
El ingrediente secreto
Es fácil: el secreto está en tomar acciones consistentes que inevitablemente te traerán los resultados que deseas. Esto no sucederá porque te enfoques en los resultados, sino porque tomarás las acciones necesarias. Si eres consistente con las acciones, los resultados vendrán como un producto de ellas. Concéntrate en las acciones, los pasos que das todos los días, y no mires el marcador.
Eventualmente, notarás que todo se está alineando y los resultados comenzarán a llegar.
Desarrolla hábitos
Los hábitos son las cosas que ya hacemos automáticamente como parte de una rutina. Las primeras veces que hacemos algo puede requerir mucho esfuerzo. Sin embargo, si somos constantes, eventualmente creamos hábitos que se vuelven automáticos porque el cerebro crea atajos para ahorrar energía. Mientras más habituales se vuelvan nuestras rutinas, más fácil será realizar esas acciones. No tendrás que decidir si quieres hacer algo; más bien, simplemente lo harás como parte de tu rutina sin siquiera pensarlo. Esto te ahorrará tiempo y esfuerzo, y podrás lograr más de lo que nunca creíste posible. Si ir al gimnasio, comer sano y dormir bien son hábitos, por ejemplo, los harás todos automáticamente.
Consistencia vs intensidad
Tendemos a ser personas intensas cuando queremos lograr algo. Nos inspiramos y damos todo nuestro esfuerzo, pero luego perdemos rápidamente la motivación. Esta es la razón por la cual los gimnasios reciben la mayor parte de sus ingresos en enero, cuando la mayoría se motiva con las resoluciones de Año Nuevo. Empiezan a ir al gimnasio intensamente, con la esperanza de que este año por fin sea diferente. El problema es que se presionan tanto que se agotan y se dan por vencidos rápidamente. Lo que más puede marcar la diferencia es hacer un poco cada día, de forma constante, y dejar que el efecto se acumule con el tiempo.
Una cosa a la vez
Suele suceder que, cuando vemos la necesidad de un cambio, queremos hacerlo todo al mismo tiempo, pero es mucho mejor comenzar con un hábito a la vez. Si tratamos de hacer demasiado, todo podría fallar. Tómalo con calma.
Además, comienza poco a poco cada vez que empieces a trabajar en algo nuevo. Es mejor comenzar poco a poco y aumentar el paso cuando tengas la seguridad de que tu rutina te permitirá cambiar. La paciencia es clave, ya que los nuevos hábitos toman tiempo para arraigarse. Cuando el primero ya es parte de lo que haces constantemente, entonces será el momento de comenzar algo nuevo.
La próxima semana, compartiré contigo más secretos para crear la rutina perfecta para ti.