Los rituales son tan antiguos como la humanidad misma. Han existido en muchas formas: como ritos antes de las guerras o como simples actos al compartir alimentos. Nos preparan para eventos importantes, nos ayudan a controlar nuestras emociones, y hasta parecen tener un toque mágico porque, de alguna forma, funcionan.
Los rituales son un conjunto de actos predeterminados que realizamos regularmente. Los atletas y los soldados los utilizan para prepararse para competencias y guerras. Por ejemplo un atleta puede usar una prenda de vestir favorita, vestirse en una secuencia en particular, o apuntar hacia el cielo después de cada gol. Un soldado, por su lado, tal vez bese la foto de su madre antes de iniciar una batalla.
Por qué funcionan
Recientemente hemos aprendido más sobre por qué funcionan los rituales. Se ha demostrado que reducen lo que sería una reacción natural adversa ante un fracaso sin la correspondiente disminución en rendimiento. Estas prácticas nos ayudan a protegernos de la ansiedad. Según la Dra. Neha Chaudhary en un artículo publicado en el New York Times titulado Rituals Keep These Athletes Grounded. They Can Help Parents, Too.:
Como psiquiatra infantil, veo esos rituales como anclas, no solo para los atletas, sino para todos nosotros, para ayudarnos a recordar quiénes somos y cómo navegar la vida. Al adoptar nuestros propios rituales, podemos aportar serenidad, significado y conexión a nuestras vidas y familias.
Los rituales no solo son para los atletas o soldados. Todas las personas desarrollamos acciones útiles para manejar momentos estresantes o difíciles. Puede ser que ya tengas algunos, como cenar con tu familia o tener una cita con tu pareja una vez a la semana. Pero siempre hay espacio para crear más si te parece que no tienes suficientes. Lo genial de los rituales es que son intervenciones pequeñas que pueden tener un profundo efecto.
Otra característica de los rituales es que, si funcionan, llegan para quedarse; se transforman en hábitos que realizas sin pensarlo. Si por alguna razón sientes cansancio y preferirías no hacerlos, estos te llamarán para que los cumplas y obtendrás sus beneficios.
Además, parecen surgir de forma orgánica. Como humanos, somos criaturas de hábitos y tendemos a buscar aquellas prácticas que nos funcionan.
En mi familia, recientemente empezamos a tener una reunión familiar semanal. Durante la reunión, cada miembro de la familia participa y dice cómo se siente. Compartimos lo que nos gustó de la semana, cuáles son nuestras metas, y cosas que nos gustaría cambiar. Tenemos una sección de anuncios. También hacemos que sea especial: abrimos una bolsa de Doritos (¡algo que nunca hacemos!) durante cada reunión y la compartimos a medida que hablamos. Esta reunión es un ritual nuevo, y ahora mis hijas lo piden cada semana.
La creación de rituales: un ejemplo
Podemos crear rituales para empezar nuestro día o antes de una reunión o presentación, lo que nos ayudará a estabilizarnos y ser más resilientes al enfrentar una adversidad; pueden centrar tu día.
Yo tengo un ritual matutino que me ayuda a iniciar mi día. Cada mañana, me levanto más temprano que el resto de mi familia y hago ejercicio. Después me siento en mi escritorio, pongo música, tomo té caliente y empiezo a escribir este blog. Escribo 200 palabras cada día. Escribir hace que mi creatividad fluya mientras trato de comunicar a otros una idea que a veces es imprecisa.
Después de esto, escribo en mi diario por 15 minutos sin parar. Obtengo tal claridad sobre mi trabajo hasta el punto de que a veces me sorprendo por lo que sale de mi pluma mientras escribo. Esto no solo me ayuda a procesar lo que está pasando en mi vida, sino que también me permite planear y plasmar metas. Al terminar con mi diario, empiezo a trabajar en mis libros.
Si no empiezo mi día en esa secuencia, me siento desconcertada y perdida. Por otro lado, cuando sigo ese patrón, se produce una sensación de paz y optimismo en mi interior. Me siento anclada y lista para seguir con el resto de mi día.
Inevitablemente, mi mañana no siempre es perfecta, así que para la hora del almuerzo necesito renovarme. He descubierto que, si medito después de almorzar, logro refrescarme y estar lista para las actividades de la tarde. Finalmente, termino mi día con una cena familiar, lo que me ayuda a cerrar el capítulo de todas mis actividades diarias.
Los rituales aparecen de forma natural, y funcionan; mágicamente. Podemos nutrir los antiguos rituales y crear nuevos que podemos asignar durante nuestro día para generar un rendimiento digno de atletas en diferentes áreas de nuestras vidas.
Chaudhary, Nena, M.D. Rituals Keep These Athletes Grounded. They Can Help Parents, Too. The New York Times, Parenting, 20 de julio de 2020.