El crecimiento personal no es uniforme. Los hábitos tardan en formarse y no todo sucede al mismo tiempo. Puede ser que te esté yendo bien en un área, pero todavía te falta progresar en otra.
Supongamos que siempre has deseado ser una ávida lector y finalmente empezaste a leer dos o tres libros al mes. Estás muy orgullosa de ti mismo y emocionada de poder lograr tanto. Pero ahora, te das cuenta de que no has podido crear el equipo que querías y no puedes delegar de la forma que te gustaría. Te das cuenta de que tu crecimiento no ha sido consistente.
La forma de avanzar es una meta a la vez.
Obtén el apoyo que necesitas
Hoy hablé con una amiga que se convirtió en coach de vida. Ella ha estado trabajando en un entorno corporativo y me dijo que todas las personas que la rodean tienen éxito, pero están cansadas y parecen infelices. Muchas no han encontrado la manera de estar bien en el trabajo y además disfrutar de vitalidad y equilibrio en sus vidas. Ella ayuda a otros a encontrar eso.
Para seguir creciendo, una de las mejores soluciones que he encontrado es recibir apoyo. Llevo tres años trabajando con una entrenadora ejecutiva y me ha ayudado muchísimo.
Tener a alguien que pueda escucharme y ayudarme a superar mis barreras me ha facilitado tener un desarrollo más rápido. A medida que tu entrenador te vaya conociendo, te indicará los puntos ciegos que de otro modo nunca habrías identificado. La retroalimentación te ayudará a alcanzar niveles más altos de rendimiento.
Paciencia
Si sigues trabajando en tu desarrollo, encontrarás cómo mejorar, aunque te tome tiempo. Veo el crecimiento personal en términos orgánicos. Así como una planta tarda meses e incluso años en florecer, a veces debemos esperar más de lo que nos gustaría para ver los resultados que queremos. Sin embargo, si sigues haciendo un esfuerzo, lo más probable es que suceda y empezarás a ver resultados.
Como tiendo a ser impaciente, siempre estoy trabajando en más de una cosa, de modo que, si no veo resultados en un aspecto, puedo ver el progreso en otro. Esto me mantiene motivada y, antes de que me dé cuenta, las cosas comienzan a florecer de una manera que nunca antes lo habían hecho.
Aplica lo que vas aprendiendo
Si cierta disciplina o ética laboral te ha ayudado en un área, ¿por qué no lo pruebas en otras áreas que necesitan ayuda? Tengo una amiga que ha sido extremadamente disciplinada con su rutina de ejercicios. Recientemente comenzó a leer con esa misma consistencia, algo que había querido hacer. Lo que cambió es que comenzó a usar la misma disciplina que usa para sus entrenamientos en su lectura. Una vez que comenzó a leer, siguió el mismo ritmo de ejercicio que ha tenido durante años y escuchó más de un libro a la semana. Y lo que es mejor, escucha libros durante sus entrenamientos.
Si algo no funciona de una manera, intenta con otra distinta
Siguiendo el mismo ejemplo, mi amiga no estaba progresando con los libros físicos o electrónicos. Fue solo cuando recurrió a los audiolibros que pudo encontrar el ritmo que quería.
De manera similar, si estás trabajando para convertirte en un mejor delegador, puedes intentar abordar el problema desde diferentes ángulos. Es posible que nunca hayas intentado delegar un área completa de responsabilidad. Supongamos que lo intentas y haces que una persona sea responsable de un proceso de principio a fin. Al principio, funciona bien, pero luego la persona no completa el trabajo a tiempo. En ese momento, te das cuenta de que la empresa ha crecido y que todos tienen más de lo que pueden manejar. Por lo tanto, es posible que necesites más personas en tu equipo. Entonces, contratas a otra persona, pero le toma dos meses a esa nueva persona incorporarse por completo al equipo y trabajar a plena capacidad.
Con un equipo completo, todavía no puedes delegar como te gustaría. Ahí es cuando decides intentar entrenar más a tu equipo. Y así, a medida que intentas una cosa y luego otra, te acercarás más y más al resultado que estás buscando.
La paciencia es tu mejor aliada. No dejes de avanzar: cuanto más experimentes, más eficaz serás.
