Han pasado más de cinco años desde que comencé a publicar este blog y he estado escribiendo contenido durante más de seis años, casi siete. En ese tiempo, he escrito más de 250 artículos, dos libros para niños y un libro de negocios. Nunca pensé que escribiría tanto, pero escribir resultó ser una parte importante de mi día y de mi vida, especialmente durante la pandemia. Cuando me siento en el escritorio donde terminé de escribir mi libro de negocios, recuerdo las horas y horas que pasé escribiéndolo y por qué lo sigo haciendo en general.
Cuando comencé, tenía algo que quería compartir y no me podía quitar las ganas de escribir. Y así, aunque de mala gana al principio, comencé a escribir sobre lo que mejor conocía: mi trabajo.
Primero, empecé con mis teorías sobre cómo construir un negocio, desde los procesos hasta la estructura. Exploré todos esos temas a través de mi blog. También escribí sobre productividad personal y organización. Mientras escribía, aprendí y creé un sistema que usé para construir una empresa, y este sistema me ayudó a ver mi trabajo como CEO desde otro punto de vista. Expresar mis pensamientos y crear un blog en torno a ellos me obligó a aclarar lo que sentía y sabía.
Como mi compañía, Celaque, ha crecido tanto desde que comencé a escribir, últimamente he escrito sobre cómo liderar una empresa y un equipo más grande. A veces comparto mis experiencias para que puedan ayudar a otros que están en el mismo camino. Escribir sigue ayudándome a aprender, porque mientras escribo, proceso lo que estoy aprendiendo o lo que estoy experimentando. Mejoro y crezco.
Sin embargo, llega un punto en el que te preguntas cómo va un proyecto. Me he preguntado esto sobre mi escritura, y siempre continúo escribiendo porque he crecido mucho con esta experiencia. Ha sido una de las principales formas en las que he aprendido en los últimos años.
Como con cualquier habilidad, cuanto más escribo, más fácil se me hace. Cuando comencé a escribir, sentí que tenía que dar todo de mí y avanzaba dolorosamente lento. Y como con cualquier músculo, si no lo uso, lo pierdo.
Pero lo que es más importante, la escritura sigue siendo la mejor plataforma para analizar mi trabajo y entorno actual. Cuando me siento a pensar en qué escribir para la semana, siempre saco ideas de los problemas que estoy enfrentando, las nuevas experiencias que he tenido y a las que quiero darles sentido.
Me encanta escribir y, gracias a mis escritos, he conocido a algunas de las más increíbles personas. No he terminado de explorar todo lo que me espera en el mundo de la escritura. Quiero seguir escribiendo y publicando. Así que, aunque para una madre de tres hijas que también trabaja escribir requiere mucho tiempo y esfuerzo, continuaré. Haré lo mejor que pueda en este momento, y cuando esté lista para acelerar y publicar otro libro, lo haré.