Cuando comenzamos a construir nuestros edificios, venderlos tomó mucho tiempo y esfuerzo. Intervinieron muchos factores: el mercado no estaba listo, nuestro producto no estaba tan pulido como podía estar, apenas estábamos comenzando, etc. Con el tiempo, aprendimos y mejoramos.
Pero siempre tuve una visión: quería crear un producto que se vendiera fácilmente, un producto que no necesitara marketing inteligente o representantes de ventas para venderlo; un producto que se vendiera solo.
Me obsesioné con esa idea, algo que he visto en acción en muchos lugares diferentes, y estoy segura de que tú también. Cuando mi esposo y yo fuimos a Capri, notamos una heladería que siempre tenía una fila de al menos 30 personas durante todo el día. La gente esperaba bajo el sol durante varios minutos para obtener su gelato, un producto que se vendía solo.
Entonces, con esa visión en mente, nuestra organización se enfocó en mejorar nuestro producto, y trabajé arduamente para hacer de nuestra empresa, Celaque, el tipo de empresa que tuviera la capacidad de poder vender ese tipo de producto, con operaciones sólidas. No tiene sentido vender sin parar cuando tu servicio al cliente no está a la altura para manejar a todos tus clientes. Esto requirió mucho esfuerzo, pero hemos avanzado muchísimo.
A medida que construimos la empresa, también trabajamos en nuestra oferta de productos. Tomó algunos años de prueba y error, pero finalmente diseñamos algo que cautivó al mercado. Creamos un diseño de apartamento que resultó ser exactamente lo que muchas personas buscaban. Hicimos nuestra investigación y diseñamos un producto con nuestros clientes en mente desde el principio, ¡y funcionó!
Al principio no lo creía cuando nuestras ventas comenzaron a superar mis expectativas. Honestamente, me tomó algunos meses aceptar que finalmente teníamos un producto ganador. Había tomado tanto tiempo que no podía creerlo, pero una vez que comencé a verlo, acepté que lo habíamos descubierto, al menos por ahora.
Y así, comenzamos a hacer más de ese producto, y sigue superando nuestras expectativas. No sé cuánto durará, pero estamos montando la ola, dure lo que dure. Sin embargo, no nos quedamos esperando, tenemos la intención de seguir innovando porque nada permanece estático.
Esta experiencia me enseñó mucho, principalmente que donde hay voluntad, hay un camino. Encuentra tu visión y apégate a ella. Es posible que tengas que pasar por una gran cantidad de experimentación y errores, pero si perseveras y trabajas a través de todo, es posible que encuentres el producto o la idea que has estado buscando, tal como lo hicimos nosotros.