La semana pasada no fue una buena semana. La semana fue difícil por los muchos problemas que tuve que resolver, pero lo que la hizo más difícil, fue que tenía el tanque vacío.
Trabajé muy duro la semana anterior y no paré durante el fin de semana. Había planeado descansar un poco al inicio de la semana, pero fue precisamente entonces cuando tuve que lidiar con dos desafíos significativos. El problema era que no me había tomado el tiempo para cuidarme a mí misma.
Como mi entrenadora ejecutiva suele decirme, estas son las Olimpiadas (trabajar y vivir a través de una pandemia), y en estas circunstancias, tengo que asegurarme de estar lista para el siguiente nivel. En mi caso, esto incluye tener descanso, comida saludable, ejercicio, meditación y seguir mi rutina. Aunque resolví los desafíos, no respondí cómo me hubiera gustado hacerlo. Y entonces me sentí horrible por no estar centrada. Así que entré en un ciclo de sentirme mal y después sentirme todavía más agotada. Para cuando llegó el viernes, estaba frita. Fue muy duro.
En vez de relajarme los fines de semana anteriores, había pasado los últimos sábados y domingos poniéndome al día con dos cursos que estoy tomando y trabajando en mis redes sociales. En el fin de semana después de esa semana difícil, no trabajé. Me pasé ambos días horneando y tejiendo con mis hijas. No lo hice de forma consciente; tan solo le hice caso a mi instinto. Se sintió bien, y me olvidé de todo lo demás. Y hoy me di cuenta de que mi tanque estaba lleno otra vez.
No estoy diciendo que mi semana habría sido más fácil si hubiera tomado más tiempo para mí (habría sido igual de desafiante), pero creo que me habría sentido mejor al pasar por estos retos. Habría usado menos energía sintiéndome mal por tener una semana tan mala, y habría sido capaz de ponerme en acción más rápido.
En medio de tantos cambios y exigencias, es fácil que se nos olvide cuidarnos. Todos sabemos que necesitamos descansar y comer bien, pero, al mismo tiempo, se nos exigen muchas cosas. Es fácil caer en la trampa del ajetreo y el trabajo, tratando de hacerlo todo, siempre aumentando nuestra productividad, pero olvidándonos de que la persona que hace todo eso también necesita estar lista.
¿Cuáles son algunas formas de rellenar tu tanque? Estas estrategias me han funcionado a mí, y espero que también te sean útiles.
Descanso y hábitos saludables: Dormir entre 7 y 8 horas al día es lo recomendado para adultos. A algunas personas, como a mí, les encanta quedarse hasta tarde, pero siempre que lo hago, termino sufriendo las consecuencias el día siguiente. Por otra parte, dormir bien de forma consistente te dará la energía que necesitas para lograr lo que te propongas. Comer bien también te ayudará a mantener esa vitalidad durante todo el día.
Hobbies: Apartar tiempo para tus hobbies es muy importante. Yo había perdido mis hobbies porque dedicaba todo mi tiempo a mis hijas y al trabajo. Ahora los he recuperado, y la cuarentena por la pandemia ha ayudado a esto. Me encanta pintar, hornear y escribir, y también he empezado a tejer. ¿Cuáles son algunos de tus hobbies favoritos? Si no tienes ninguno o los abandonaste en el camino, adopta uno que te parezca interesante. Si después no quieres seguir con este, no hay problema; intenta algo nuevo.
Meditación: La meditación nos ayuda a estar centrados. También reduce la ansiedad y el estrés. A algunas personas les es difícil empezar a meditar, pero cuando ya tengas el hábito, no podrás vivir sin este. Intenta con solo 5 minutos al día y después aumenta el tiempo poco a poco. Además, trata de hallar un horario que te funcione de forma permanente.
Hablar con familia y amigos: Mantener las conexiones no es algo sencillo de lograr, pero tiene muchas recompensas. Somos criaturas sociales, y nuestra familia y amigos pueden ser nuestra mejor fuente de apoyo en tiempos de necesidad. Además, tener una conversación animada puede hacer que un día malo sea mucho mejor.
Rutina y rituales: Las rutinas le dan estabilidad a nuestros días. Nos ayudan a que sean más productivos y útiles. Es especialmente importante si creas bloques de tiempo en tu rutina (para más sobre este tema, lee Arma tu horario bloque por bloque), en donde apartas tiempo para las cosas que te nutren, como la meditación o escribir un diario. Añade proyectos para ti, como trabajar en tu arte, empezar un plan nuevo, o escribir. Si combinas estas rutinas con rituales (por favor lee Buscando rituales que harán que tus días fluyan como magia) que utilizas para empezar tu día, podrás reducir el estrés y seguir trabajando al mismo nivel. Los rituales son un conjunto de acciones que realizas frecuentemente antes de un evento específico y que te preparan para actuar. En tus mañanas, tal vez sea tomar tu café o tu jugo verde a una hora en particular todos los días a medida que escribes en tu diario.
Cuídate, especialmente en tiempos difíciles. Mientras más te cuides, mayor será tu capacidad de dar.