El tiempo es uno de nuestros recursos más valiosos, y usualmente deseamos tener más. Es común que sintamos que se nos escapa de las manos como la arena y ya que, desafortunadamente, no podemos crear más tiempo, debemos priorizar y enfocarnos en lo que más importa.
Intentamos siempre hacer lo mejor posible con el tiempo que tenemos. Cada persona tiene su método, que inevitablemente incluye horarios y rutinas, así como, idealmente, tiempo para descansar y recargar las pilas. También intentamos tener la mayor productividad posible para no desperdiciar nada de tiempo.
Un concepto que descubrí hace poco y que me ha ayudado a entender la forma en que se mueve el tiempo, es la idea de ritmos. Nuestras rutinas y horarios están dentro de ritmos más grandes, que son el paso al que se mueve el trabajo en diferentes puntos. Estos ritmos cambian, y algunos son más extensos que otros.
Durante algunos periodos, ciertas rutinas y horarios funcionarán mejor que en otros. Estos ritmos pueden establecerse por temporadas o calendarios más extensos. Por ejemplo, al principio de nuestras carreras el ritmo parece ser más rápido conforme tratamos de construir para el futuro. Después, al llegar a un punto en el que nuestra carrera está más establecida, el ritmo cambia, y entonces funcionamos en modo de mantenimiento para cuidar lo que hemos creado. Por supuesto, esta etapa puede cambiar y el ritmo puede variar de nuevo.
De forma similar, al iniciar proyectos o negocios nuevos, la fase creativa inicial es más fluida y el paso es diferente de cuando ya ha quedado más establecido. Dependiendo del tipo de trabajo que hagas, tal vez haya ritmos predefinidos. Si tu trabajo se basa en proyectos, tu horario dependerá de cómo se muevan y evolucionen tales proyectos. Puede que también tengas temporadas altas de trabajo, como las que yo tenía cuando trabajaba de auditora en EY. Durante estos momentos, sabes que tu trabajo tendrá un ritmo muy diferente que en otros periodos. Conforme nos adaptamos a los cambios de ritmo de nuestro trabajo, nuestras rutinas y horarios se adaptarán.
Cómo identificar y adaptarnos a los ritmos de nuestros horarios
Cuando ya tengas una idea de las tendencias generales del uso de tu tiempo, podrás trabajar en ellas. En los momentos en que tengas más control sobre tu horario, puede ser que elijas un enfoque más estructurado con horas y metas establecidas para alcanzar tus metas. Durante estos periodos, puedes impulsar tu creatividad con metas. En otros momentos tal vez no tengas ese lujo y debas adaptar tu horario a reuniones para asegurarte de que el trabajo siga progresando en los proyectos que has implementado.
Por ejemplo, además de escribir y crear mis artículos, también reviso las ediciones, las traducciones al español, y subo los artículos. La parte administrativa y editorial de redactar toma tanto tiempo como la redacción misma. En los periodos del año en que tengo más control sobre mi tiempo, tengo metas establecidas para el número de palabras que deseo escribir cada día, y me encargo de gran parte del trabajo administrativo y editorial de mi sitio web y artículos. Este proceso es estructurado. Entonces, cuando no puedo dedicar tanto tiempo a las tareas administrativas de la redacción, adopto un enfoque más fluido. No tengo ni el tiempo ni el espacio para ser tan sistemática, así que aprovecho este tiempo para un trabajo más creativo. Mi mente está más libre y trato de escribir lo más posible. El tiempo que tengo para escribir es normalmente mucho más productivo ya que mis ideas fluyen más rápido.
La idea principal es encontrar tus ritmos. Si hay un momento en el que puedes tener periodos más estructurados, haz tu máximo esfuerzo sabiendo que puedes alcanzar tus metas para que no tengas que preocuparte después. Después, cuando estés en una fase diferente, trata de encontrar que tareas y proyectos se ajustan más a tu tiempo y energías en ese momento. Para cualquier ritmo, todo empieza con saber qué funciona mejor para ti. Consecuentemente puedes estar más presente, sabiendo que estás aprovechando al máximo el ritmo de ese momento.