Escribir es una práctica maravillosa; sea que elijas publicar lo que escribas o no, el simple acto de poner tus pensamientos e ideas en papel te ayudará a crecer como persona y como profesional. Normalmente vemos el acto de escribir como una herramienta para comunicarnos. Pero escribir tiene muchos beneficios que van más allá de transmitir información a otras personas.
Empecé a escribir hace cuatro años, primero de vez en cuando y eventualmente de forma más consistente. Antes de empezar, no sabía lo útil que era escribir para el autor, lo que fue una recompensa inesperada para mí. Ahora es una parte regular de mi rutina y una parte importante de quien soy. Por medio de la escritura, logro expresar mis ideas y aclarar mis pensamientos con otros y sus comentarios me enriquecen.
Aclaras tus ideas
El simple acto de escribir tus pensamientos te obliga a pensar sobre lo que quieres expresar. A veces tengo una idea en los bordes de mi mente, pero no sé cómo escribir sobre esta o qué quiero escribir aparte de la idea inicial. Cuando empiezo a plasmar mis pensamientos, lentamente empiezo a entender lo que quiero expresar más allá del concepto inicial.
Escribir te obliga a pensar de forma explícita. Si deseas expresar un punto, debe ser claro. Mientras leer es pasivo, escribir es activo. Para escribir, debemos recopilar nuestros pensamientos y juntarlos para explicar nuestras ideas de forma que se entiendan.
Mientras escribo a veces se me dificulta navegar hasta el punto al que deseo llegar. Sin embargo, para escribir, necesito identificar mi punto, el cual debe ser coherente, especialmente si quiero considerar el publicarlo. En otras ocasiones, mi proceso de pensamiento evoluciona mientras escribo, y después de iniciar en una dirección, al volver a leerlo, descubro que ya no estoy de acuerdo con lo que escribí inicialmente. Este aprendizaje constante es lo que nos hace crecer.
Dejas un registro
Una de mis principales motivaciones para escribir fue poder dejarle un registro a mis hijas. Quería que ellas supieran cómo había superado mis desafíos cuando me había enfrentado a ellos y no más adelante cuando ya había olvidado los detalles. Tal vez mis hijas no trabajen en mi mismo campo, pero al menos tendrán mi trabajo por si llegan a necesitarlo.
Mis artículos también han sido útiles para mi compañía, ya que todos se han suscrito a mi boletín y así pueden entender mejor nuestras decisiones. He escrito sobre procesos, sistemas, la estructura de una compañía y creatividad dentro del trabajo, y estos artículos también sirven como referencia para propósitos de entrenamiento.
Finalmente, escribir me ayuda a tener conversaciones interesantes con quienes me rodean. Las personas pueden darme sus comentarios sobre algo que escribí, lo que puede abrir la puerta para tener una conversación sobre el tema. Antes de escribir, solía tener el deseo de hablar sobre los temas que me obsesionaban. Ahora que he descubierto una forma de comunicar mis ideas y pensamientos, otros que están en el mismo trayecto suelen encontrarme a mí.
Lo aprendes mejor
En ocasiones, me encuentro teniendo una conversación y abogando por un punto sobre el que me habría sido difícil argumentar en el pasado. Anteriormente, aunque estaba muy segura de mi opinión, mis pensamientos no estaban completamente estructurados.
Ahora, he escrito sobre casi todos los temas de negocios que me interesan. Cuando empiezo a hablar sobre estos temas, ya no siento la necesidad de buscar evidencia de apoyo para mi argumento. Conozco mis pensamientos mejor que antes.
Cuando estaba escribiendo mi libro, hubo temas que deseaba explicar con todo detalle, pero, al escribir, descubrí muchas brechas en mi entendimiento de ellos. Tuve que detenerme e investigar más para asegurarme de entender por completo el contenido. Y fue así como aprendí mucho más sobre estos temas.
Sea que escribas en un diario o en un blog, el proceso puede convertirse en parte esencial de tu desarrollo como profesional. Nadie jamás tiene que ver lo que escribas, pero si deseas publicarlo, esto te obligará a llevar tu práctica a niveles más altos. Escribir se puede convertir fácilmente en parte de tu rutina. Al principio puede ser difícil, pero cuanto más lo cultives como hábito, más fructífero será.