Las ideas suelen aparecer de la nada. Normalmente son efímeras y frágiles, difíciles de atrapar y, si no se manejan con cuidado, pueden irse para nunca regresar. Trabajar con estas ideas que van llegando puede ser algo fácil o no tan simple.
Para empezar, si las ideas no se guardan de alguna manera, desaparecen. A veces pueden ser como la arena escurriéndose entre los dedos, imposible de recuperar. Otras veces, la idea no es más que la semilla para más creación. El simple acto de registrarla puede inspirar más ideas.
En el transcurso de mi carrera, he intentado diseñar un sistema para trabajar con ideas. Si bien este sistema siempre será un trabajo en progreso, el que he usado me ha ayudado a empezar a organizar mis pensamientos y a fomentar la creatividad.
Diario de ideas
En cierta ocasión, tomé un curso de creatividad. Una de las prácticas recomendadas por el profesor fue tener un diario de ideas. El objetivo del diario era escribir una idea nueva cada día como recordatorio diario para cultivar ideas nuevas y frescas.
Al hacerlo, puedo ver las ideas que he registrado y, más importante aún, este se ha convertido en el espacio que le doy a la creatividad durante mi día. A veces no se me ocurre ninguna idea nueva, y mi mente está en blanco. En ese momento profundizo más y descubro que ya tengo una idea nueva sobre un nuevo enfoque para un problema o una modificación a un proceso. He aprendido que la creatividad puede aparecer en cualquier parte. Sí, a veces las ideas son muy impactantes y grandes, pero esto es raro. Usualmente son mejoras pequeñas o perspectivas nuevas, que en sentido cumulativo son igual de importantes.
Listas
Cuando tengo que pensar en ideas sobre cierto tema de forma intencional, realizo una lluvia de ideas. Después, guardo esa lista en caso de que se me ocurran otras ideas, que es como trabajo con los temas de mis publicaciones. Cuando me encontraba pensando en si debería escribir sobre estos temas o no, hice una lista de los posibles temas para ver con qué facilidad podía pensar en estos. Tan solo en esa ocasión, se me ocurrieron alrededor de 30.
Siempre que tengo una idea nueva de un tema, la escribo en esta lista continua. Entonces, cuando llega el momento de escribir mi siguiente publicación, consulto mi lista y empiezo a escribir. A veces, la semilla de la idea que tuve para la publicación se desvía y esta me lleva en otra dirección. Sin embargo, el origen de mi idea es lo que me llevó a mi destino.
Ponlo como una tarea
El año pasado trabajé en un mecanismo formal para informar los objetivos y parámetros de la compañía de forma mensual y trimestral. Pensé que estábamos listos para esta idea hace alrededor de un año, pero me tomé unos meses para trabajar con la idea.
Algunos conceptos necesitan madurar; esta es la mentalidad que me ha ayudado a nutrir una idea y darle tiempo para que crezca. Este enfoque guarda la idea para el futuro y simultáneamente permite que mi mente le dé forma lentamente. Después completo los detalles uno a uno y, cuando estoy lista, la pongo en acción.
Para implementar las métricas y objetivos, necesitamos varios meses mientras gradualmente creábamos las piezas que nos permitieron reportar la información necesaria. El sistema evolucionó con el paso de los meses y finalmente estuvo listo.
Escribir
Irónicamente, nunca me imaginé a mí misma escribiendo como adulta y esta fue la razón por la cual me tomó tanto tiempo empezar a publicar. Una pequeña voz muy insistente no dejaba de decirme que lo hiciera, así que finalmente empecé a escribir para tener algo de paz. Escribir se ha vuelto una necesidad para mí.
Lo que no me imaginaba sobre el escribir es que se convertiría en una herramienta tan importante para desarrollar y aclarar mis ideas. Incluso mientras escribo esta publicación, estoy entendiendo y hasta creando el mecanismo con el que trabajo con ideas. En cierto sentido, escribir me crea al mismo tiempo en el que yo le estoy dando forma.
No tienes que escribir una columna para beneficiarte de la escritura. Escribir en un diario puede tener el mismo efecto, y puede ser tan fácil como tener una pequeña libreta junto a tu escritorio. La práctica de escribir es extremadamente útil ya que ofrece la oportunidad de expresar la información almacenada en nuestras mentes y le da forma dependiendo de nuestro contexto.
Toma ideas de tu lectura
Los libros son una de mis fuentes principales de conceptos nuevos. A veces leo un libro que tiene tantas ideas que necesito organizarlas todas. Marco los pasajes relevantes, tomo notas y las exporto de mi Kindle. Después hago una lista de ideas que quiero implementar de ese documento. Poco a poco, incorporo cada uno de los pensamientos relevantes.
En otras ocasiones, me pongo recordatorios para volver y leer las notas que he tomado de los libros que he leído. Después de este tiempo, los conceptos del libro ya han tenido tiempo de marinar y tengo una idea más clara de qué implementar.
Sigue creciendo
La habilidad de encontrar y desarrollar ideas es extremadamente valiosa. Es casi como trabajar con una piedra preciosa a la que debe darse forma. Como en todas las cosas, la habilidad crecerá con la experiencia y la práctica, y las ideas y creatividad que han sido cuidadosamente nutridas producirán los resultados que buscamos.