Cómo pueden las listas de pendientes aumentar tu productividad
Cuando estaba sacando mi maestría, creé mi primera lista de pendientes real. No era el tipo de lista de pendientes en la que escribes todas las tareas que tienes que entregar en una o dos semanas. Ya había hecho muchas de estas, que incluían todo lo que había estado postergando. Esta lista fue diferente. No solo incluía proyectos para mis clases, sino también elementos personales, así como compromisos que tenía con otras actividades.
Tan pronto como empecé a escribirlo todo, me quedé asombrada al ver lo larga que era la lista. No me había dado cuenta de todo el trabajo que había estado posponiendo y que ni siquiera me pasaba por la cabeza simplemente porque no había tomado el tiempo para escribirlo. En ese momento aprendí una valiosa lección: si quería tener la más mínima y remota posibilidad de poder completar algo, primero tenía que escribirlo.